Localización
Nombre del manantial/fuente:
Fuente de SAN JOSÉ
Otros nombres conocidos:
Fuente del Burro
Pedanía, aldea, paraje o pago:
La Aliseda
Municipio:
Santa Elena
Provincia:
Jaén
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 449768.181 Y: 4243056.002 Huso: 30
Altitud: 683 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Rumblar
Nombre del río/arroyo que origina (si procede):
Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Sin clasificar
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos
Procedencia del agua subterránea
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas metamórficas
Otras rocas: Cuarcitas, pizarras, areniscas y calizas
Tipo de surgencia
Descripción
Aguas arriba del puente que va hacia la carretera (Puente de Los Suspiros), se encuentra una captación de agua de la que aparece abastecerse el área recreativa de la Aliseda. Actualmente parece ser conocida como la Fuente de San José pero, sin embargo, la verdadera Fuente de San José realmente estuvo situada 300 metros más adelante del puente, de la que tan sólo queda un monolito de un metro de altura indicando la ubicación y los restos de lo que quedó del balneario que la albergaba (prácticamente nada). Será la fuente que describamos en esta ficha.
Tanto esta fuente como la de La Salud y La Herrumbrosa (ver fichas de ambas), por el sabor y contenido en hierro de sus aguas, se usaban con fines terapéuticos como bebida para dolencias estomacales, anemias etc. en los antiguos baños de la Aliseda, ya desaparecidos, de los que solo quedan algunos restos del hotel, de las casas, de los estanques y fotos antiguas (ver ficha).
Cabe destacar que Fuente de San José y Balneario de La Aliseda, a menudo, se han descrito como la misma cosa y, si bien ciertamente están intrínsecamente relacionados, se podría decir que el balneario, por sí mismo, consistiría en un complejo turístico-sanitario que comprendía, además de la fuente de San José, también la fuente de la salud, el hotel, casas, estanques, espacios verdes, huertos, etc.
El acceso no es complicado pero, lamentablemente, de la fuente de San José no queda nada, tan solo algunos vestigios de lo que fue el establecimiento de la fuente (también llamado Balneario de La Aliseda) y una captación de aguas, mencionada anteriormente, que se especula podría recoger el agua de la fuente aunque, con tantos manantiales en la zona, podría no ser de la fuente. Saldríamos de Santa Elena y tomaríamos dirección Madrid-Bailén, cruzaríamos por encima de la A4 para enlazar con la JA-7100 en dirección a La Aliseda. Entraríamos en el área recreativa, cruzaríamos por el llamado Puente del Suspiro (o de los Suspiros, aparece nombrado de ambas formas) y, andando, remontaríamos el Río La Campana por el llamado Bosque de Los Ruiseñores hasta llegar a lo que fue el establecimiento de la Fuente de San José unos 320m más arriba. Antaño el acceso se realizaba por el otro lado del río ya que, a la altura del establecimiento de la fuente de San José, existía un puente colgante que cruzaba el río para acceder a la fuente.
El ayuntamiento de Santa Elena está apostando por restaurar todo el complejo tratando de hacer renacer de sus cenizas el desaparecido balneario. Se presentaron varios trabajos para el proyecto de obras.
Instalaciones asociadas
Ninguna
Caudal medio
Caudal:
Muy bajo (0-1 l/s)
¿Se agota?:
No se agota nunca
Uso del agua
Sin uso
Otro: Antaño balneario
Acceso y uso público actual
Acceso: Sin dificultad
Uso público actual: Medio
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Satisfactorias. Instalaciones propias del área recreativa.
Estado de conservación
Deficiente
Amenazas, impactos y presiones
Otros: Abandono y expolio
Descripción hidrogeológica
Al igual que el grupo de manantiales de La Aliseda se localiza dentro del área de metamorfismo de contacto generado por la intrusión granítica de Santa Elena sobre la serie paleozoica.
Se trata de manantiales que tienen baja permeabilidad por tratarse de series "apizarradas". La presencia de niveles areniscosos, lentejones cuarciticos, diques, etc. y posiblemente la alteración producida por la intrusión granítica, generan un entorno más permeable que permite la existencia de manantiales, una veintena, de índole ferruginoso, según se menciona en el Plan de Conservación, Recuperación y Puesta en Valor de Manantiales y Lugares de Interés Hidrogeológico de Andalucía (Estrategia de Conservación de Los Ecosistemas Acuáticos Relacionados con Las Masas de Agua Subterráneas). I.G.M.E. 2011 Pág.11
Descripción arquitectónica
Al igual que pasa con la Fuente de La Salud, de la Fuente de San José no queda nada que pueda describirse. No obstante, podemos retraernos en el tiempo y describir lo que, en su momento, sí que hubo, no tanto de la fuente en sí, sino de los edificios que la protegieron.
Y sí, podemos hablar de edificios porque fueron dos los que albergaron la fuente. El primero de ellos, el establecimiento antiguo, construido presumiblemente en 1.896, era una casa rectangular con tejado a dos aguas, humilde, que era descrita de la siguiente manera por el Dr. Ramón Gómez Torres (director del balneario por aquellas fechas), en 1.900 en sus memorias (“Memorias de las aguas minero-medicinales de La Aliseda”):
“La instalación hidroterápica, que es provisional, ha de ser sustituida para la próxima temporada por un precioso proyecto, ya aprobado, en el que todo es objeto de mejoras. Está situada a unos 400 metros del hotel, en un edificio aislado, en el punto en que nace el manantial de San José. Se compone de la fuente, muy bien presentada, con dos grifos; uno para el agua natural tal como la da el manantial, y otro para el agua gaseada, que no es más que el agua potable que se bebe en la fonda y que, previamente calentada para elevar su temperatura, se sobresatura del nitrógeno que desprende el manantial durante la noche, recogido en un gasómetro por medio del aparato Mondollod. [….]
[….] La sala de inhalación difusa, en cuyo centro está el manantial, y donde el enfermo permanece veinticinco o treinta minutos aspirando los gases que desprenden las aguas; la de pulverización directa y difusa y duchas nasales, y la inhalación directa, completan la instalación hidroterápica, susceptible de las mejoras que se han tenido en cuenta para el nuevo proyecto, que no dejará de satisfacer al más exigente.”
Termina en sus memorias describiendo más en profundidad la instalación:
“La fuente de San José está en un edificio de forma irregular, y que, por no reunir las condiciones precisas, trata su dueño, D. José Salmerón, sustituirlo por otro de nueva planta. En la entrada o vestíbulo de este edificio hay una bonita fuente de mármol de Italia, con dos grifos niquelados, uno para el agua natural y otro para la gaseada. Del vestíbulo arranca una galería que da acceso a tres gabinetes: el primero de ellos contiene ocho mesitas de mármol, con sus correspondientes aparatos de pulverización y ducha filiforme; el segundo es el destinado a la inhalación difusa, o sea la respiración de los gases que espontáneamente se desprenden del manantial que allí mismo emerge; el gabinete tercero es el de inhalación directa, y contiene una magnífica mesa circular de mármol, dividida en diez departamentos, en cada uno de los cuales hay un inhalador niquelado que termina por una boquilla de cristal. Tanto esta mesa como los pulverizadores y la fuente, han sido construidos é instalados en Marzo de 1897, por los señores Corcho Hijos, de Santander.”
Pero este humilde edificio dio pasó a otro de mayor envergadura tras culminarse las obras que previamente había descrito el Dr. Ramón Gómez Torres se realizarían. En 1.908, el entonces director Don Lope Valcárcel y Vargas, describe las instalaciones con estas letras (Las Aguas de La Aliseda de la provincia de Jaén, Don Lope Valcárcel y Vargas. 1908)
“A la entrada de una verdadera selva de alisos, cual el templo de Diana cazadora pudiera estar en la antigua Grecia, yérguese un soberbio edificio de 42 m de longitud por 16 de ancho y 9 de altura, formado de sillería rústica a los lados y finamente, pulimentada, excepto los capiteles, en la fachada anterior, que abre sus inmensas puer¬tas de cristales a una plazoleta de 90 metros cua-drados, pavimentada de cemento y arena. Dos pórticos laterales sostenidos por robustas colum¬nas dan acceso a un espléndido salón que mide 8 m de largo por 15 de ancho y, como todo el palacio, tiene el piso de mosaico. Al medio y atrás aparece la fuente de San José resguardada por lu¬josa balaustrada de bronce de forma semicircular. La tabla de mármol que sostiene los grifos, y el ingenioso aparato para el lavado de los vasos, si¬mula blanco cierre que obtura la entrada de abrupta gruta entre cuyas peñas vegetan musgos y yedras.
Por detrás de la fuente, dejando lateral y poste¬riormente una galería de tres metros de ancho, está la pared anterior de un extenso rectángulo cerrado de cristales labrados que circunda, sin quitarles luz, dos salas de inhalación directa, dos de pulverización, los gabinetes de baños y otras dependencias. Las salas de pulverización, aunque destinadas una a 1ª y otra 2ª, son igualmente amplias, pues ambas miden 25 metros cuadrados; cada una tiene 8 aparatos, siendo casi la única diferencia que, en 2ª, el baño de aquellos es de níquel y en 1ª de plata. Las salas de inhalación directa miden 48 metros cúbicos de capacidad; en el medio tienen un gran hipocausto de mármol blanco con asiento para diez personas, que en 2ª disponen de elegantes inhaladores niquelados y en 1ª con baño de plata. Además, por cómodas escalinatas de asfalto, se baja a dos cámaras de inhalación difusa constituidas por recintos de 75 metros cúbicos de capacidad, con paredes revesti¬das de cemento en 2ª y de azulejos blancos en 1ª cubiertas de cristales planos que dejan en el cen¬tro del techo, un espacio circular, libre, que co¬rresponde a la abertura del pozo donde, bajo una campana metálica, brota el ázoe del seno del ma¬nantial.
Están los pozos rodeados de elegante y cómoda balaustrada de níquel; siéntanse los enfermos en derredor; un sencillo mecanismo eleva la campana subiéndola hasta obturar el espacio hueco del te¬cho de vidrio, sobre el que halla descanso encima de una pestaña de hierro revestida de goma y, a los ojos del espectador, forma el agua en su ya¬cimiento, transparente espejo, recreándose la vis¬ta al contemplar cómo desde el fondo suben, una tras otras, simulando sartas de diáfanas perlas, las burbujas de ázoe que el pulmón enfermo aspi¬ra con el ansia del deseo, con el placer que pro¬porciona la verdad. Y al terminar la sesión, en¬sánchase el ánimo paseando por salón galería bañados de luz y de sol a través de sus gigantescos ventanales que convierten aquel vasto recin¬to en alcázar de cristal, donde todo es limpio y puro como la luz meridiana que lo inunda.”
Obviamente, estaba describiendo el nuevo y lujoso establecimiento de la Fuente de San José, posiblemente construido el año anterior (1.907) donde puede apreciarse que existía una primera y una segunda clase. La fuente estaría representada justo tras la entrada al establecimiento, rodeada de una barandilla de bronce, donde habían simulado, como decoración, una pequeña gruta en un muro de piedras, cerrada ésta por una loza de mármol blanco.
Por el contrario, la verdadera fuente, el verdadero manantial, estaría situado en las salas interiores. Sería de aspecto similar a un pozo protegido con una barandilla dorada, donde los enfermos, sentados a su alrededor, podrían aspirar los gases nitrogenados directamente del manantial mediante el sistema que el propio Don Lope Valcárcel, indica, con prosa lírica y floreada.
Antecedentes históricos
Originalmente, la Fuente de San José era una simple charca en forma de poza, rodeada de juncos y material palustre, localizada en las cercanías del río, a escasos 2 m de él. Era llamada Fuente del Burro y en 1.887 el Dr. Juan Creus y el prestigioso químico Manuel Sáenz Díez la describían de la siguiente manera:
“En nuestra primera visita a la Aliseda en el mes de Diciembre de 1.884, dicho manantial era una charca de forma irregular, llena de juncos y a orillas de un riachuelo, de cuya agua se distinguía por tener una temperatura más elevada, por abandonar un depósito coposo amarillento-rojizo y por la gran cantidad de gruesas burbujas que sin interrupción apreciable salían del fondo de la charca, y reventaban en la superficie del agua.
Actualmente la de dicho manantial, que brota de abajo hacia arriba, se ha recogido en una arqueta de base cuadrada, cuyas paredes de ladrillo, revestido de cal hidráulica están embudadas, siendo su menor distancia 1.10 metros por la parte superior.
En el muro conteniente, que está junto al riachuelo y es de 0,63 m de altura, se han practicado dos aberturas, en las que se colocaron tubos o caños de barro cocido, de 0,05 m de diámetro el superior, que está a 0,55 m sobre el nivel del río, y de 0,09 m de diámetro el inferior, que sólo se eleva 0,20 m sobre el mismo río. Con estos dos tubos puede variarse a voluntad el nivel del agua en el interior de la arqueta, sin más que tapar o destapar el inferior, de tal modo, que cuando éste está cerrado, asciende el agua hasta salir por el tubo superior, y en todo el fondo del manantial se ven desprenderse burbujas gaseosas que suben sin adherirse a las paredes, atraviesan toda la masa liquida, separadas unas de otras a modo de cuentas de rosario, y se desvanecen en la atmósfera al llegar a la superficie del agua. Pero si después de tener obturado por unos minutos el tubo de abajo; lo destapamos, al descender la superficie de nivel del líquido sale tumultuosa y bruscamente mayor cantidad de burbujas y de mayor tamaño que en el caso anterior, asemejando bastante su salida a una repentina ebullición del agua del manantial. Este fenómeno puede repetirse infinidad de veces y llamó la atención de cuantos tuvieron ocasión de contemplarlo.”
Y culmina el Dr. Antonio Espinosa y Gómez, Médico Forense de La Carolina, cuál es el origen de la Fuente de San José, con estas palabras:
“Ligeramente habla de este manantial D. Juan de Dios Ayudas en la obrita que ya hemos citado; lo que hace creer que no le daba gran importancia corno agua medicinal, y nadie se ha ocupado de esta fuente, conceptuándose por todos como una excelente agua potable, circunstancia por la que, en unión de la deliciosa pradera que la rodea, hacían que este sitio fuera uno de los predilectos para jiras campestres, sin que a nadie se le pudiera ocurrir que aquella irregular charca, rodeada de juncos y de maleza, conocida con el nombre de Fuente del Burro, había de ser manantial inagotable de salud, con el que se habían de combatir con éxito afecciones que tanto merman la humanidad, muchas veces en individuos que apenas han completado su juventud.
Cuando el sabio químico Dr. Sáenz Díez vino a La Aliseda a practicar el análisis de la Fuente de la Salud, quiso conocer todos los manantiales que hubiera dentro de la finca y que presentaran alguna particularidad ; se le enseñó, entre otros, el conocido, como ya he dicho, por Fuente del Burro, y como el que admira una cosa grande, quedó parado observando, llamando la atención de los que le acompañábamos acerca de la forma especial en que se desprendían las burbujas; mandando limpiar la charca, se pudo ver la gran cantidad de gases que estas aguas contenían. Se hicieron varios experimentos ligeros, y dispuso se le remitieran a Madrid para su análisis dos bombonas de este agua perfectamente acondicionadas, con el fin de analizarlas en su laboratorio, cuya operación dio por resultado que se trataba de un manantial abundante de agua nitrogenada.
Al poco tiempo se instalaba un laboratorio al pie del manantial, que desde entonces recibió el nombre de Fuente de San José, haciéndose el análisis de los gases, aforo, etc., recogiendo para estas operaciones el agua en una arqueta cuadrangular, formando sus paredes ladrillo revestido con cal hidráulica.
Este manantial está situado en la margen izquierda del río, a unos 2 m de ella y a 800 m al NE. de la Fuente de la Salud; su derrame se confunde con las aguas de dicho río, por más que las procedentes de la, Fuente de San José, en un trayecto de algunos metros, abandonan un depósito flecoso y amarillo rojizo.”
Resumidamente, la llamada “Fuente del Burro” era una fuente prácticamente sin uso, a la sombra de la Fuente de Salud (por aquel entonces, Fuente Agria). Tras la visita de los expertos Creus y Sáenz, que revisaron todos los manantiales, repararon primero en la Fuente Agria que, debido a las aplicaciones que tuvo (ya era conocida desde el siglo anterior), pasó a llamarse Fuente de La Salud. Por el contrario, la Fuente del Burro les sorprendió gratamente y, tras las dudas de saber si era o no de aguas similares a las de la Salud, por si se podían aprovechar como aguas minero-medicinales, tras el correspondiente análisis químico descubrieron que eran aguas nitrogenadas de diferente naturaleza de las de la Salud. Limpiaron la charca y construyeron una arqueta y le cambiaron el nombre por el actual Fuente de San José, en honor al santo de D. José Salmerón y Amat, propietario de las tierras. Empezaba a cuajar la idea de D. José de cimentar las bases para un balneario, que estuviera a la altura de cualquier otro de reconocido prestigio.
No parece conocerse con exactitud la desaparición del establecimiento de la fuente de San José pero iría de la mano con la desaparición de la Fuente de La Salud y del propio complejo del Balneario de La Aliseda. Tras la muerte de D. José Salmerón, y tras morir sin hijos, su viuda y herederos pudieron desentenderse del balneario, cayendo en el abandono, aprovechando lo que se pudo vender para pagar deudas hasta no quedar nada, literalmente. De la Fuente de San José no se ve ni rastro, tan solo lo que es posible adivinar como los restos del edificio, y una grieta entre las piedras por lo que el agua sobrante podría llegar hasta el río.
Aspectos culturales y etnográficos
Al igual que la Fuente de La Salud, La Fuente de San José fue fundamental para el desarrollo del Balneario de La Aliseda, de hecho, siendo ésta última de propiedades nitrogenadas (azoadas, según se indican en todas las memorias) y, especialmente esencial para enfermos de tuberculosis, pronto ensombreció a la que, hasta entonces, era considerada como la Fuente de La Aliseda, la que fue Fuente de La Salud. Tal fue así que solo hubo que comprobar la diferencia entre los edificios que las protegían. Era el de la Salud modesto, apenas un sencillo templete octogonal, y era el San José un impresionante edificio con varias salas, para diferentes estamentos sociales, digno él de recibir a las más altas instancias.
Se trataban, por tanto, con las aguas/gases de la fuente de San José enfermedades principalmente respiratorias tales como bronquitis, infartos pulmonares, tuberculosis pulmonar, tuberculosis laríngea, asma, catarros, anginas crónicas, etc.
Otra información
Más información en la COLECCIÓN: HIDROGEOLOGÍA Y ESPACIOS NATURALES nº 04. El agua subterránea en el Parque Natural de Despeñaperros y el Paraje Natural de la Cascada de la Cimbarra (Jaén).
http://books.google.es/books?id=h_BuproPyscC&pg=PT46&lpg=PT46&dq=fuente+herrumbrosa.+santa+elena&source=bl&ots=EDUNolA9sl&sig=1
Información Añadida:
https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/09/la-aliseda-o-la-vida-de-balneario-i.html
https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/09/la-aliseda-o-la-vida-de-balneario-ii_11.html
https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/09/la-aliseda-o-la-vida-de-balneario-y-3.html
http://elcochedesanfernando2.blogspot.com/2015/02/sierra-morena-despenaperros-jaen-en.html
https://www.ideal.es/jaen/provincia-jaen/201502/18/aliseda-revive-siglo-despues-20150217213630.html
http://ruja.ujaen.es/bitstream/10953/717/1/9788484399964.pdf
Valores sectoriales
Científico/Didáctico: Alto
Minero/Medicinal: Alto
Paisajístico/Pintoresco: -
Otros:
Medio-ambiental: -
Recreativo/Turístico/Uso Público: -
Histórico/socio-cultural: Medio
Arquitectónico: -
Económico: -
Arraigo/Aprecio popular: Medio
Valoración general
Media
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
A. Ventas
11-02-2014
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