Localización
Nombre del manantial/fuente:
Lago SAN FERNANDO
Otros nombres conocidos:
Lago (del) Mirador ó Lago Azul
Pedanía, aldea, paraje o pago:
Los pinares de San Fernando, también conocido como paraje “El Mirador”
Municipio:
Villanueva del Río y Minas
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 259654,971 Y: 4172249,542 Huso: 30
Altitud: 27 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Huesna
Nombre del río/arroyo que origina (si procede):
Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Gerena - Posadas (05.49)
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua subterránea
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Rocas graníticas
Tipo de surgencia
Descripción
El lago “San Fernando” (Fotos 1, 2 y 3) sita en término municipal de Villanueva del Río y Minas, provincia de Sevilla, era antes un precioso pinar cuyo terreno en la década de los 70 (el cierre oficinal de las minas fue en 1.973, pero el cierre real fue un año antes) hasta mediados de los 80 del siglo XX fue excavado y rebajada su colina a modo de cantera sobre unos 50 m de profundidad y unos 700-900 m de perímetro para la explotación de una mina de carbón de hulla (Foto 6) a cielo abierto por parte de una empresa estatal, “Auxini”, actividad que duró pocos años (en 1.986 el lago ya estaba formado) y que, tras su cese, la capa freática formó el lago que conocemos actualmente.
El lago está situado en el paraje conocido como “Pinar de San Fernando” (de ahí el nombre), también paraje de sobrenombre “El Mirador”, que era propiedad de la Compañía de ferrocarriles M.Z.A. (acrónimo de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante), y la madera que les hacía falta para entibar los pozos mineros los llevó a sembrar pinares y eucaliptales para el abastecimiento local. A finales del siglo XIX, ó principios del XX, repoblaron la zona para evitar encharcamientos, reducir fiebres palúdicas derivadas del exceso de humedad y la aparición de moscas. Durante las labores de explotación del “cráter” del actual lago, la existencia de acuíferos llevaba a los operarios a bombear el agua a la rivera, y cuando ya se marcharon y dejaron de bombear, empezó a subir el nivel del agua, de 50 a 60 m”. (J. Hinojo de la Rosa, junio 2.024). “Casi en medio del centro de lo que es hoy el lago, se encontraba el pozo minero de nombre “San Fernando”, el pozo más importante de la primera parte de las explotaciones mineras. El pozo medía 91 m de profundidad, y estuvo en servicio hasta 1.907 (fecha en que dejó de ser productiva), donde ya solo se hacía uso para el desagüe de las galerías, aunque anteriormente se utilizó para la extracción del carbón que se laboreaba en el interior de las galerías. Ese pozo se selló, y fue lo que yo conocí, un pozo sellado con una placa de hormigón y algunas paredes de lo que fue “La casa máquina” de dicho pozo. Lo que ocurrió con ese pozo después, si pudo tener algún uso por parte de la explotación minera de la década de los 80, es algo que desconozco. Estas minas tuvieron dos épocas bien diferenciadas...o tal vez tres: laboreo vecinal, fue la primera etapa, la segunda fue antes de la concesión total a la empresa M.Z.A. (compañía de los ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante), y la tercera etapa corresponde a la etapa gloriosa de estas minas, y es la que podemos ver cuando visitamos el pueblo, la última etapa, la etapa de la Compañía M.Z.A. El pozo ‘San Fernando’, en su origen era una mina independiente. Así eran todos y cada uno de los pozos mineros que existían, que eran muchos. Este pozo pertenece a la segunda gran etapa. Por poner fechas, ya consta en documentos a primeros del siglo XVIII. Fue pasando a ser propiedad de varias compañías hasta que M.Z.A. consiguió la concesión de todas las minas (o pozos). M.Z.A lo utilizó durante 15 años para extracción del carbón de hulla (1.882-1.897), y más tarde durante un periodo de 4 años (1.903-1907). Entre estos dos períodos se utilizó para desagüe, es decir, extraer al exterior el agua que inundaba las galerías”. (F. Aguilera Guerrero, 9/6/2024).
La progresiva electrificación de la red ferroviaria, condujo finalmente al cierre de las minas en 1.972. “En 1.973 una empresa española decidió explotar a cielo abierto una de las antiguas minas, la mina de ‘San Fernando’. Hoy podemos ver, una vez finalizados los bombeos que permitían acometer los trabajos, el resultado del agua subterránea: una corta minera inundada, utilizada ocasionalmente para prácticas deportivas. El origen de esta agua subterránea se encuentra en los propios conglomerados y areniscas carboníferas, de los que forman parte los bancos de carbón, y en las arenas más recientes, de edad terciaria, que parcialmente los recubren”. (Véase Durán Valsero, José: “El agua en la provincia de Sevilla. Paisaje, cultura y medioambiente”, 2007, p.112).
Instalaciones asociadas
Ninguna
Caudal medio
Caudal:
Muy bajo (0-1 l/s)
¿Se agota?:
No se agota nunca
Uso del agua
Otro: Uso recreativo, pesca (peces que fueron echados por la gente e incluso alimentados, hasta hubo alguna especie invasora agresiva que acabó con otras especies), actividades deportivas y prácticas de espeleobuceo. Antes solían hacer excursiones los pueblos de la provincia y pasaba el día allí y la gente se bañaba (Foto 5), especialmente los autóctonos. Actualmente es propiedad privada y de acceso restringido. Efectivos de la U.M.E. (Unidad Militar del ejército) realizan prácticas de buceo (FOTO 8) y submarinismo en la zona menos profunda (-10 m) y espeleólogos de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S.). A propósito de éstos últimos, el espeleobuceador José Millán Naranjo (q.e.p.d.) escribió sobre el lago y sus trabajos en él: “Mina inundada de 45 metros de profundidad y unos 700 m de perímetro. Está situada cerca de Sevilla y es el lugar ideal para poner a punto los equipos de buceo y nos permite entrenar antes de iniciar alguna campaña de exploración” (18-4-2021). De las prácticas de buceo en la mina inundada: “(…) Más de 35.000 metros cuadrados de lámina de agua, una profundidad superior a los 50 metros y una visibilidad de casi 5 metros, ideal para entrenar con los torpedos y poner a punto los equipos”. (5/1/2019, A.A.E.S.)
Acceso y uso público actual
Acceso: Permiso
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Deficientes. Recinto privado, vallado. El guarda de la finca evita accesos indebidos por riesgo de accidentes y responsabilidad. Actualmente el recinto tiene dos letreros que indican: “Propiedad privada. Prohibido el paso” y “Prohibido bañarse. Aguas contaminadas con bacteria E. Coli”. El lago ‘San Fernando’ ha tenido varios propietarios. “En años anteriores a 2.003, en la barriada del ‘Carbonal’ existía una fábrica de transformación del corcho, de nombre Sierra Cork, que después pasó a ser de titularidad pública. En aquel año, la propietaria de Sierra Cork era una empresa de nombre EMPRENDEDORES S.L. que era de un conocido vecino de Villanueva. La Sociedad de Desarrollo, creada por el Ayuntamiento, compró acciones de Sierra Cork, pagando parte de aquellas acciones con el lago San Fernando. Así fue cómo una propiedad municipal, pasó a ser propiedad privada, aunque, fue cambiando de dueños hasta llegar al dueño actual”. (F. Aguilera Guerrero, junio 2024)
Estado de conservación
Muy bueno
Amenazas, impactos y presiones
Contaminación.
Abandono, suciedad y vertidos.
Usos inadecuados: Incivismo
Otros: Advertencia sobre la presencia de bacteria ‘Escherichia coli’ (E. Coli). A este respecto, debemos puntualizar otras informaciones que sostienen que, en la zona superior izquierda del lago, donde tiene lugar el aporte acuífero, en lo alto de la colina, existe una perrera y que debido a ello hay pequeños rastros de E. Coli en el agua. Sin embargo, otras fuentes señalan que hace unos años el agua del lago fue analizada en el laboratorio de la potabilizadora y el resultado del análisis fue que era “apta para consumo humano”.
Descripción hidrogeológica
Esta cuenca carbonífera situada en el término municipal de Villanueva del Río y Minas, provincia de Sevilla, limita al Norte con El Pedroso y Constantina, al Sur con el río Guadalquivir que la separa de Tocina, al Este con Alcolea del Río y Lora del Río y al Oeste con Cantillana. Se encuentra atravesada por la línea férrea de Sevilla a Mérida con el curso del Huéznar que atraviesa este territorio de N a S. La ribera (más actual la denominación rivera) del Huéznar (Foto 4), afluente del Guadalquivir por su margen derecha, se encuentra cerca del afloramiento de las capas carboníferas y recibe las aguas del arroyo Tamujoso (Tamohoso) con alturas de colinas que oscilan entre 60 y 120 m.s.n.m. con crecida hacia el N. «La cubeta carbonífera de Villanueva del Río y Minas se formó discordantemente sobre terrenos paleozoicos subyacentes por depósito de materiales de tipo continental-lacustre, mineralizándose en un ambiente reductor». (I.G.M.E. 941)
El actual lago ‘San Fernando’, anterior explotación a cielo abierto de carbón de hulla, presentaba “características muy buenas para que, a partir de ésta y mediante la destilación, se pudiera obtener coque, aunque nunca se llegó a hacer este proceso. Los pozos mineros solían estar comunicados entre sí, bien para el laborero, o para facilitar la ventilación de las galerías. El agua del lago, por estas galerías, llega hasta uno de los barrios del pueblo, concretamente a una casa del barrio “Velarde”. En el patio de esa casa existió un pozo minero llamado “Velarde”. Ese pozo estaba tapado y sellado, era uno de los pozos de la primera etapa de las explotaciones. El que habitaba aquella casa ni siquiera conocía ni su existencia ni su ubicación hasta que un día, alarmado, dijo que en su patio se oían corrientes de agua. El Colegio de Ingenieros de Minas se personó y dictaminó que lo que se oían era el agua del lago que llegaba hasta allí, por lo que lo volvieron a sellar por segunda vez” (Testimonio del Ingeniero de Minas, Joaquín Nieves Fernández (D.E.P.) a Francisco Aguilera Guerrero).
Del fondo del lago observamos la filmación que acompaña esta ficha (edición de J. Gutiérrez, A.A.E.S.), imágenes grabadas a una cota de -10 m de profundidad, con Pepe Millán buceando y la presencia de algunos peces. Cuando la visibilidad del agua es nula, a medida que se desciende en profundidad, se precisa práctica con hilo guía, que se va instalando para después regresar por él y encontrar la salida de esta manera. En un círculo azul se aprecia el filo de la rampa, la parte con menos profundidad, un metro, hasta 7 u 8 en la parte más alejada eran las referencias que llevábamos y no separarnos del cantil. En la margen derecha (círculo rojo), zona de ruedas y motos (a unos -10-12 m de profundidad).
Descripción arquitectónica
Para la descripción de esta antigua cantera a cielo abierto con estructura de “cono invertido” y paredes muy pronunciadas excavadas sobre terreno carbonífero, hoy convertida en lago, he procedido a consultar la experiencia del explorador Francisco Javier Gutiérrez Torres (Foto 9) espeleólogo y presidente de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S.). A este respecto, explica que “aproximadamente entre 20 y 25 m de profundidad se nota un aporte de acuífero que incluso nos desplaza: sería el equivalente a una corriente marina, aunque no siempre se nota el empuje de esta corriente dentro de un lago que tiene un perímetro aproximado de más de 700 m (unos 982 m de perímetro) y un área de 47.984 metros cuadrados (dimensiones en superficie tomadas de ‘Google Earth’). Esta corriente marina se nota, pero por la turbidez del agua (partículas de carbón suspendidas en el elemento líquido) es una sensación que no es visible, igual que la temperatura. La zona más profunda se sitúa en torno al centro del lago (también se habla de la profundidad de la zona del acuífero), la visibilidad es nula y por tanto allí no pudimos meter ningún sonar. Es un buceo técnico, como el que se realiza en cuevas, donde la turbidez es completa y el buceo se realizada en la más absoluta oscuridad. Por lo tanto, para exploraciones subacuáticas la orientación la proporcionan las paredes, y con el peligro que conllevan los desprendimientos de tierra. Cuando se separan de ellas y se desplazan en torno al centro, lo único que guía a los espeleobuceadores es la brújula y el ordenador de buceo. Se trata de un buceo muy complicado.
En la zona verde (FOTO 7) se marca una rampa de entrada a la zona de la mina, que era para la maquinaria. Además, es una zona de prácticas de bomberos, UME y GREAS donde hay tubos de hormigón huecos y estructuras para la realización de ejercicios bajo agua. En la zona roja, a unos 10-15 m, hay un par de motos y neumáticos de tractor (7 u 8). La turbidez del agua del lago se debe al carbón y tiene un color azul muy bonito que se transforma en turbidez casi total a una profundidad aproximada de 12 m, y además la temperatura del agua también baja bastante; es un hecho que se nota claramente a pesar de que buceamos con trajes secos. Además, es una zona de pesca donde podemos observar peces, aunque es raro por la visibilidad, ellos normalmente nos ven antes que a nosotros y huyen. Pero es muy común encontrar numerosos hilos de pesca con anzuelos y plomaje enganchados por las paredes. Nociones como la visibilidad cambian dependiendo de los factores atmosféricos, cuando llueve tiene arrastres de tierras por las laderas, p. ejemplo, en verano parece que la visibilidad empeora. También la profundidad máxima va variando dependiendo del momento, entre los 38-43 m es lo máximo que hemos descendido, es algo relativo, dependiendo de la zona, aunque en su momento dicen que se llegaba a los 50 m. Pero debemos tener en cuenta que los arrastres de materiales en la base han provocado que disminuya la profundidad. Y también el nivel del lago tenía más profundidad y cuando empezamos a bucear, en los últimos años, ha ido descendiendo por otros motivos” (F.J. Gutiérrez Torres, junio 2024)
Antecedentes históricos
En el siglo XVII, las cédulas de explotación del carbón de hulla de Villanueva eran aprovechadas como combustible en las herrerías de la comarca, coincidiendo con la extracción simultánea de los hierros de El Pedroso. En el siglo XVIII surgieron polémicas sobre la improductividad de las concesiones mineras (no satisficieron las expectativas de los promotores) y los daños para la salud, lo que no impidieron que a partir de 1.771 comenzara la explotación preindustrial del carbón con el aliciente de la creciente demanda de la Real Maestranza de Artillería. La explotación hullera fue retomada e impulsada por la Compañía del Guadalquivir (1.815-1.882), después por la Compañía de la Reunión (1839-1858) y con más intensidad, desde 1.882, por la Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante (M.Z.A.) interesada en el uso del carbón para sus ferrocarriles. Las minas de Villanueva cerraron definitivamente en la década de los 70 del pasado siglo”. (Minería y metalurgia antiguas en Munigua. Visiones y revisiones, Estudios reunidos por Almudena Orejas y Christian Rico, 2022, p. 153).
El pozo ‘San Fernando’ usaba una máquina de extracción de dos cilindros horizontales y 30 caballos de fuerza. El agua abundaba en esta cuenca, a pesar del gran macizo de protección que se iba dejando sin arrancar debajo del río Huéznar. Para desaguar usaban una máquina del tipo de Cornwall, de 270 caballos de fuerza y sacaba 60 metros cúbicos por hora. La hulla que se obtiene de las capas de Villanueva del Río era deleznable, betuminosa, se aglutinaba y formaba bóveda delante de las toberas de los fuelles, por lo cual servía perfectamente para el trabajo de las fraguas y producía un cok ligero y ampolloso. Contiene, a veces, principalmente en las inmediaciones de los accidentes geológicos, bastante pirita de hierro, bien en cristales cúbicos, bien en láminas delgadas y en partículas sumamente tenues. La composición del carbón grueso (carbono, cenizas, agua y materiales volátiles) eran carbones muy apreciados en las locomotoras del ferrocarril y en las calderas marinas, pues en 1878 se pagaban en Sevilla por las empresas de vapores más caros que los ingleses. Con estas hullas no se fabricaba Cok”. (R. Oriol, Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, Madrid, 1888, pp. 365-366).
El carbón afloraba en esa zona casi a la superficie. En el momento que se dejó de trabajar en la mina de M.Z.A. en el año 1.972, dejó de abastecer de carbón a las máquinas del ferrocarril, porque ya empezaron las máquinas de gasoil, las eléctricas. Entonces vino una compañía y explotó a cielo abierto la veta de carbón que estaba a flor de tierra y mientras iban trabajando bombeaban el agua que bajaba de los veneros hacia la rivera, bombeaban para poder trabajar. Cuando la explotación dejó de ser productiva se quedó abandonado y rápidamente la invasión de los veneros la llenaron. El cráter tiene una profundidad de unos 60 m. En sus inmediaciones se encuentra ‘Monte Horcaz’, que está cerca del cerro de captación, la ribera del Huesna, es un sitio muy húmedo y abundante en agua.
En las primeras explotaciones de carbón en el siglo XVIII, en la parte de ‘San Fernando’ donde se encuentra el parking que actualmente está remodelando el Ayuntamiento, estaba todo lleno de pocitos de poca profundidad, y como las vetas de carbón estaban a flor de tierra era fácil extraerlo. Se habla de una leyenda de los “pocitos de San Fernando” y allí fue donde tuvieron lugar los comienzos de las explotaciones. Cuando se hizo la vía del ferrocarril el carbón se exportaba, se llevaban los carbones a fábricas de El Pedroso, donde estaba la fundición del hierro y se abastecía de carbones de allí. Allí en estos pocitos (llamados “de los negritos”, que abarca el actual espacio del camping, zona baja del puente sobre el río Huesna, la zona del lago San Fernando…) fueron donde tuvieron lugar los primeros movimientos de explotaciones de carbón. La veta de carbón corre asoma a la superficie donde está el azud, pasa por debajo de la rivera y por debajo del Guadalquivir y llega hasta Los Rosales donde está la ganadería de los Miura. El pinar de San Fernando se llama así por el nombre del conquistador de la villa de Villanueva del Río y porque las explotaciones empezaron en esa zona. La fábrica de hierro de “El Pedroso” (Sevilla) se abastecía de este carbón, incluso a través del Guadalquivir llevaban el carbón, se ponía donde estaba la fábrica de cemento que se llamaba el “carbonal” porque ahí se marcaba el carbón en dirección a Sevilla a las fundiciones de Sevilla para abastecer a los hornos. Los primeros barquitos de vapor que surcaban el Guadalquivir eran abastecidos por este carbón”. (P. Hinojo de la Rosa, 3 de junio 2024).
Aspectos culturales y etnográficos
Hablar de Villanueva del Río y Minas es expresarse en términos de “barrios”, aquellos que configuran su historia y la idiosincrasia de sus gentes, esto es, el barrio San Fernando, Blas Infante, las casas nuevas, el barrio de la alegría, etc. El lago “San Fernando”, aunque recientemente adscrito a su paisaje o conjunto minero tan característico en torno a la rivera del Huéznar (antaño, caudalosa Ribera) y a sus pozos mineros (entidad del territorio, el torno al cual surgieron los núcleos urbanos dispersos) recibe esta denominación lo mismo que uno de sus numerosos barrios o que su desaparecido pinar, sede de su ubicación, denominado así San Fernando, el patrón de Villanueva. También lo es Santa Bárbara, que, desde hace relativamente pocos años, tiene su ermita en el barrio de San Fernando, aunque no es originariamente la suya. Esa ermita "probablemente " fue la de San Fernando, y allí es donde está la cripta con los restos de la familia del principal ingeniero jefe francés Edmund Thiéry Duval. Tal vez el nombre San Fernando, proviene de esa ermita. Pero este lago recibe además otros nombres: “lago (del) Mirador”, en clave de cerro, desde el cual se contemplan bellas panorámicas del pueblo, o “lago Azul”, que rápidamente se infiere su nombre por el color azulado/verdoso de sus aguas, cristalinas y esmeralda, color que solo se aprecia a unos 10 o 12 metros de profundidad pero que a medida que se desciende cambia a la más absoluta oscuridad.
CURIOSIDADES Y LEYENDAS
El bellísimo lago ‘San Fernando’ atesora un importante arraigo popular entre los(as) mineros(as), en torno al cual se han realizado filmaciones de diversa índole: desde fotografías para el recuerdo a creaciones poéticas de apasionados(as); de área recreativa (desgraciadamente varios bañistas perdieron la vida bajo sus aguas (q.e.p.d.)) a eventos deportivos locales, e incluso fue escenario de rodaje en el año 1.996 de la película “La duquesa roja”, dirigida por Francesc Betriú. Sobre esta película, “los árboles que se ven cuando están en la orilla del lago, eran ramas cortadas y clavadas en el suelo, para que parecieran que eran árboles naturales. El problema era que todavía no habían nacidos árboles y los tuvieron que simular porque sin ellos el paisaje era bastante árido. Otra anécdota es que cuando el actor Miki Molina se desnudó en la orilla, aquello fue un espectáculo con cierta gracia”. (F. Aguilera)
Una leyenda contaba que “la enorme “olla” que se formó en esta mina a cielo abierto, y que ahora está llena de agua (el lago) fue trabajada utilizando unos enormes camiones y máquinas excavadoras que quedaron allí atrapadas debido a la entrada inminente de agua (durante las labores de explotación tocaron un río subterráneo o corriente marina), por lo que quedaron sumergidas y no dió tiempo a sacarlas...y allí están todavía. Eso dice la leyenda, la realidad es otra bien diferente. La realidad es que, al ir profundizando, cada vez salía más agua, esto a través de los meses...poco a poco. Dos motobombas se encargaban de elevar el agua hasta junto a donde está el campo de fútbol, desde allí iba por diferencia de altura hasta la rivera. El llenado del lago no ocurrió de repente. Tardó mucho tiempo. De todo esto yo fui testigo. Como había visto el sitio donde estaba el punto más profundo cuando no había agua después, cuando estuvo lleno, con una barcaza me sitúe justamente en ese punto para medir su profundidad. Para ello utilicé varios carretes empalmados de sedal para pescar, con una piedra atada para que se fuera al fondo. Cuando la piedra llegó al fondo, hice una señal. Más tarde extendí el sedal en la explanada y lo medí con una cinta métrica industrial. Medí 45 m”. (Testimonios de F. Aguilera Guerrero, 14/6/2024).
Otra curiosidad que se nos desvela es que “en el pinar que había en lo que es actualmente el lago, había una casita muy bonita, una casita solitaria. A los niños les decían que aquella era la casita de chocolate del cuento. Los alrededores ponían de su parte para hacer que aquella casita se mostrara muy bella. Estaba muy cerquita del Pozo ‘San Fernando’, que, con su placa de sellado repleta de verdina por ser aquel lugar muy sombrío debido al denso pinar, parecía un lugar mágico. Antonio Cabeza y su esposa, hija de Tolín el ‘Pescaó’, eran los moradores de aquella casita tan bonita. Este hombre era minero de profesión, pero conseguía algún ingreso extra vendiendo por el pueblo el pescado que él mismo pescaba de la rivera del Huéznar. Por este hecho, fue un hombre muy conocido en aquella época”. (Testimonio de F. Aguilera Guerrero, junio 2024).
Como curiosidad, “el movimiento Scouts son niños que siguen una disciplina pseudomilitar, y que hacen muchas acampadas y actividades, y además adquieren conocimientos en varios aspectos de la vida. En la práctica y organización es una semblanza de EL LIBRO DE LA SELVA de Rudyard Kipling. Ahora más conocido por la película MOWGLI. Los Scouts adoptan esos personajes. En el libro cita un lugar donde el jefe de los lobos les habla a todos. Ese púlpito desde donde habla, lo define como ROCA DEL CONSEJO. Pues bien, dirás ¿y qué tiene que ver “El Libro de la Selva” con todo esto? Algo tiene que ver. La Roca del Consejo para los Scouts de Villanueva del Río y Minas era el resto de pared que quedaba de la Casa Máquina que hubo pegada al pozo San Fernando, ya sellado. Menudo rollo te he contado, ¿no? Y ahora viene lo peor...o mejor, según se interprete. Yo, de niño, participé de aquellas reuniones donde el jefe hablaba desde La Roca del Consejo, sentado encima de la plataforma del sellado de hormigón del Pozo San Fernando". (Testimonio de F. Aguilera Guerrero)
Otra información
• IN MEMORIAM: La presente ficha “testimonial” y de catalogación está dedicada al reconocimiento, divulgación y puesta en valor de la trayectoria del maestro espeleobuceador José Millán Naranjo (1964-2024), anterior presidente de la A.A.E.S. y vicepresidente de la Federación Andaluza de Espeleología y Descenso de Cañones (F.A.E.), quien trágicamente perdió la vida el pasado domingo 10 de marzo de 2024 bajo las aguas del lago “San Fernando” durante las labores de preparación de equipos de buceo, un lago que conocía de hacía años y que solía bucear junto a sus compañeros de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S.), Javier Gutiérrez y Marcos Alexis Portillo (FOTO 10). Y con motivo de este homenaje que deviene sentimiento, respeto, admiración y delicadeza, su compañero y amigo Javier Gutiérrez (actual presidente de la A.A.E.S. le dedica estas emotivas palabras: “Era un explorador y entusiasta sin igual y autodidacta (FOTO 11). Aprendió a bucear para llegar más allá dentro de la Espeleología. Llegábamos a los sifones y se acababa la exploración, por lo que decidió bucearlos. Tenía un blog de los sifones de Andalucía, http://sifonesandaluces.blogspot.com/, aunque no está actualizado; búscalo y verás su labor. E investigó y recorrió las minas, hoy en día no practicables muchas de sus galerías, y fue un apasionado de la cultura romana; era una enciclopedia andante que le llevó a ser reconocido como ayudante de arqueólogo. Pero sobre todo fue una persona con un carácter maravilloso, nunca lo vi enfadado, con el que podías pasarte doce horas metido en el barro y limpiando una galería sin notar cansancio y riéndote sin igual. Era la unión de una Asociación de personas, casi sin nada en común, sólo una pasión, que sabía comprendernos y situarnos en cada lugar. Una persona dedicada a una obra incomprendida y desconocida que nadie podría sustituir en ninguna de sus facetas (…)”. (J. Gutiérrez, junio 2024).
• DIVULGACIÓN (PEQUEÑAS “MINAS” QUE HACEN “GRANDES” CAMINOS):
- Actualmente, la 22ª edición Cursos de verano Olavide de Carmona, del 29 al 31 de julio de 2024, contiene entre sus actividades formativas el curso “Introducción a la espeleoarqueología aplicada: el estudio de las minas de agua. 5ª edición. José Millán Naranjo in memoriam”. Un ejemplo más de los numerosos homenajes que está recibiendo este espeleobuceador referente en Andalucía y en España, y que no cesa. Enlace: https://www.upo.es/formacionpermanente/wp-content/pdfs/cursos-verano/2024cc46.pdf
-En recuerdo del incansable explorador y los innumerables homenajes organizados por el colectivo AAES: “En recuerdo del incansable explorador José Millán Naranjo “Pepón”: Enlace: https://espeleo.com/el-pasado-domingo-se-realizo-el-homenaje-a-nuestro-vicepresidente-fallecido-jose-millan-naranjo-organizado-por-el-colectivo-aaes/
- En el boletín “Conoce Tus Fuentes” nº 39: enero-junio 2021, se publicó para la FOTO DEL SEMESTRE o foto de portada, la mina de Oromana (Alcalá de Guadaíra, Sevilla), autoría de José Millán Naranjo. Enlace: https://www.conocetusfuentes.com/documentos/doc_prensa_61.pdf
- En el boletín “Conoce Tus Fuentes” nº 41: enero-junio 2022, se publicó el artículo LA MINA DE AGUA DE SAN ANTÓN, CARMONA (SEVILLA), firmado por Juan Manuel Román Rodríguez y José Millán Naranjo (pp.7-11, con prólogo de Antígona Márquez Pascual en p. 6). Enlace: https://www.conocetusfuentes.com/documentos/doc_prensa_63.pdf
• RECONOCIMIENTO DEL TRABAJO E INVESTIGACIONES DE LA AAES (https://aaes.es/).
En palabras de Francisco Javier Gutiérrez: “Andalucía es la Comunidad Autónoma que más espeleólogos tiene federados en toda España. La A.A.E.S. cuenta con más de 200 socios, más que la mayoría de las Federaciones territoriales de España, es decir, tenemos más socios que la mayoría de las Federaciones Autonómicas, pero este trabajo es muy duro, conlleva esfuerzo físico, es un trabajo no remunerado y las nuevas generaciones no nos acompañan; apenas tenemos relevo, es un mundo muy sacrificado. Apenas tenemos convenios con Ayuntamientos, sólo lo básico: dietas, gastos de transporte y poco más. Es un mundo que yo conocí a través de Pepe y de Juanma, que es el tema de las minas, que la gente no sabe lo que tiene debajo, y tienen minas que hace dos mil años se construyeron sin brújulas, sin ningún tipo de tecnología como hay hoy en día, y que la gente echa escombros y los tapa, y aún así siguen funcionando y captando el agua llevándola a las fuentes. Es muy difícil hacer que la gente entienda la importancia de un patrimonio subterráneo de dos mil años de antigüedad. Era increíble la forma de construir. En la espeleología tenemos un montón de cavidades y prácticamente hay poco apoyo institucional, aportamos datos topográficos, fotográficos y realizamos catalogaciones de nuestros estudios”, puntualiza Francisco Javier.
• AGRADECIMIENTOS Y ESTIMA: Antígona Márquez desea expresar su más sincero agradecimiento y reconocimiento a todas las personas que habéis hecho posible todo esto: a Julio Guijarro, por tus aportaciones fotográficas y la dedicación que ello conlleva; a Francisco Javier Gutiérrez, porque sin ti, si vuestro trabajo de equipo y la enorme divulgación que desarrolláis desde la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S.) la espeleología y el espeleobuceo del patrimonio subterráneo andaluz no serían lo que es a día de hoy; a Juan Manuel “Juanma” Román, atento, sensible y siempre colaborador; al apasionado minero Francisco Aguilera, por tus (a)preciados testimonios sobre historia y leyendas de esta tierra minera; al minero Pepe Hinojo, por descubrirme y enseñarme este lago el día que juntos visitamos el museo de tus sueños; y a José Millán “Pepón” (“Sit tibi terra grata”) por tu legado, amante de la Historia, del estudio y la investigación, porque tus compañeros, amigos, familiares, mantienen vivo tu recuerdo, tus enseñanzas, tu experiencia, tus más de treinta años de dedicación y entrega, camino que (ahora) ellos nos vienen enseñando/mostrando en el devenir del tiempo. La exploración continúa. El lago permanece en calma. La llama de las lucernas continúa avivando LUZ Y MINAS PARA EL CAMINO.
Valores sectoriales
Científico/Didáctico: Alto
Minero/Medicinal: Medio
Paisajístico/Pintoresco: Alto
Otros:
Medio-ambiental: Alto
Recreativo/Turístico/Uso Público: Medio
Histórico/socio-cultural: Alto
Arquitectónico: Bajo
Económico: Medio
Arraigo/Aprecio popular: Alto
Valoración general
Alta
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
A. Márquez Pascual y Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S., F.J. Gutiérrez Torres)
16-06-2024
Advertencia
Esta ficha tiene sólo carácter informativo y preliminar.
Se recuerda que los datos de partida han sido suministrados por personas físicas y están referidos a fechas concretas.
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