Localización
Nombre del manantial/fuente:
Las Pilas de BERNARDO
Otros nombres conocidos:
Pilas del Cortijo de Los Castro, Pilas del Cortijo de La Pedrera (o Pradera)
Pedanía, aldea, paraje o pago:
La Hoya de Charilla
Municipio:
Alcalá la Real
Provincia:
Jaén
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 424257,481 Y: 4153253,782 Huso: 30
Altitud: 1159 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Guadajoz
Nombre del río/arroyo que origina (si procede):
Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Montes Orientales-Sector Norte (05.28)
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua subterránea
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Sierra de La Martina
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Otras rocas: Calizas, dolomías y margas. areniscas y conglomerados
Tipo de surgencia
Descripción
Se trata de una fuente que, según los vecinos de la zona, suele secarse en verano, aunque parece mantener un pequeño chorrito de agua, al menos antaño. Estaría situada a escasos metros del llamado “Cortijo de Los Castro”, en un muro de contención de piedras a escasos 10 m al Este. Actualmente el cortijo está en ruinas y abandonado y, según parece, la fuente tiende a seguir la misma suerte.
Con respecto al nombre, existen algunas disparidades. Todo el mundo, en la zona, conoce esa fuente como “Las Pilas de Bernardo”, antiguo morador del cortijo (fallecido hace tiempo), pero al cortijo lo conocen como Cortijo de Los Castro. Si nos detenemos en los mapas ráster actuales, no aparece topónimo alguno para este cortijo. En cambio, si consultamos los mapas históricos, aunque con un pequeño desfase de distancia, aparecen 2 cortijos, uno llamado “Cortijo de Joaquín Cano”, el otro llamado “Cortijo de Juan Castro”. Sin duda, viendo la posición de estos cortijos en los mapas históricos, claramente el cortijo que buscamos es el llamado “Cortijo de Juan Castro” por lo que cuadraría perfectamente con el nombre que, localmente, se les da a estas ruinas y, por consiguiente, también a su fuente. Por otro lado, no podemos obviar que también aparece en la capa de Topónimos del servicio de mapas PNOA (solo a cierto nivel de Zoom) como “Cortijo de La Pedrera” e, incluso, como “Cortijo de La Pradera” en el Visor de mapas de Andalucía (IDEAndalucía). Por esta razón, se añaden también nombres alternativos en función de los topónimos localizados para el cortijo en el que censamos la fuente.
Para acceder a las pilas, nos desplazaremos hasta el núcleo rural de La Hoya de Charilla. Desde allí, andando por el camino que nos adentra a la sierra, pasando por el restaurante de la Martina (a cuyo propietario le podremos preguntar por el cortijo, puesto que conoce a la perfección la zona), nos dirigiremos al llamado Cortijo de Julio, presente en todos los mapas y, dejando el camino de ese cortijo al llegar a éste, nos dirigiremos por caminos secundarios a la sierra de La Martina donde podremos localizar, a poco más de 300 m, las ruinas del cortijo de Juan Castro, muy cerca de una enorme encina, solitaria.
Instalaciones asociadas
Fuente rural
Caudal medio
Caudal:
Muy bajo (0-1 l/s)
¿Se agota?:
Se agota con frecuencia
Uso del agua
Rural y ganadero.
Acceso y uso público actual
Acceso: Sin dificultad
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Inexistentes.
Estado de conservación
Deficiente
Amenazas, impactos y presiones
Abandono, suciedad y vertidos.
Descripción arquitectónica
La fuente surge en un muro de contención de piedras o balate (también llamado albarrada), mediante un caño de polietileno cuyo origen se desconoce (no parece que nazca allí mismo). El caño está protegido con una teja y el escuálido chorrillo que arroja la fuente es recogido en unas pilas situadas bajo él. Estas pilas son rectangulares, siendo la que queda bajo el caño de menor tamaño que la otra, que tiene más aspecto de pilón alargado. Entre ambas podrían sumar unos 5 m, de los cuales, poco más de metro y medio corresponden a la primera de las pilas, con aspecto cuadrangular. Tienen la misma profundidad (1 m o menos), y la misma anchura (metro y medio) y están unidas por un pequeño tabique de ladrillos entre los que el agua pasaría por un caño en la parte superior (sin menospreciar que pudieran tener un paso entre ellas en la parte inferior pues, en la visita del 25/10/2020, se observa el fondo de las pilas con agua, por lo que sería lógico pensar que ambas pilas también quedan comunicadas por abajo).
Actualmente las pilas han caído en el abandono. La zona se ha llenado de matorral, de juncos y zarzas y, prácticamente, ya solo es visible si nos subimos al muro de contención para verla desde arriba. Sin embargo, esto no era así hace apenas 4 años pues, en la imagen de satélite del 26/07/2016 en Google Earth puede apreciarse las pilas desahogadas y con agua (que siendo mediados de verano nos hace pensar que, aún con poco caudal, mantenía un chorrillo de agua).
Antecedentes históricos
Bernardo falleció hace muchos años, pero José Serrano, ilustre joyero de Charilla, y setero de afición, gran conocedor de la zona, nos indica a través de otro ilustre, Cristóbal Cano, que Bernardo era hijo o nieto de Juan Castro (no lo recuerda con exactitud por el tiempo transcurrido pues se sobre entiende que Juan Castro pudo vivir a finales del SXIX). Por tanto, Bernardo Castro fue el último morador del cortijo o, por lo menos, el que más tiempo ocupó las tierras, de ahí que las pilas fueran conocidas como sus pilas, “Las Pilas de Bernardo”. También José indica que las terrazas de cultivo de pastos de alrededor del cortijo era una pradera muy bonita, quizás por buscarle alguna explicación al otro topónimo aparecido para el cortijo, Cortijo de La Pradera, sin que realmente se pueda corroborar este hecho.
Aspectos culturales y etnográficos
El Cortijo de Juan Castro, como otros cortijos de la zona eran autosuficientes. Tenía su propio horno de pan, tenía su aprisco (lugar cercado donde se recoge el ganado por la noche para resguardarlo de la intemperie), su propia era y su zona de huertos en varias terrazas, separadas en dos grandes zonas por una albarrada o balate (muro de contención, hecho con piedra seca, que impide la escorrentía de tierra de una terraza a otra). Ésta era la albarrada que hacía de muro de la propia fuente. En las cercanías, un pequeño barranco, uno de los afluentes del arroyo de La Hoya, podría haber sido usado para la captación de agua para los riegos de las tierras pues la fuente no daba como para eso, solo para el consumo propio de la casa. En la parte superior de la albarrada, una gran encina o chaparra, daba sombra en la zona y, a sus pies, algunas piedras de grandes dimensiones estaban dispuestas para hacer de socorridos bancos de descanso para el pastor o tras las arduas tareas del labriego, mientras se recuperaban fuerzas con un buen mendrugo de pan, una buena bota de vino, queso, y otras chacinas, posiblemente propias.
El cortijo, según se observa, parece que estaba dividido en dos viviendas lo que permitiría alojar a dos familias, en aquella época y, todavía hoy, es posible ver en su interior restos de los enseres que tuvo antaño (cabecero de camas, etc).
Otra información
Nuestro agradecimiento a Cristóbal Cano y a su amigo José Serrano por la información aportada, así como a Alfonso del Restaurante “La Martina”, por los primeros indicios sobre el nombre de la fuente y el cortijo.
Valores sectoriales
Científico/Didáctico: -
Minero/Medicinal: -
Paisajístico/Pintoresco: -
Otros:
Medio-ambiental: -
Recreativo/Turístico/Uso Público: -
Histórico/socio-cultural: Bajo
Arquitectónico: -
Económico: -
Arraigo/Aprecio popular: Bajo
Valoración general
Baja
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
A. Ventas y J. Narváez Jiménez
04-12-2020
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