Localización
Nombre del manantial/fuente:
Central eléctrica LA ACEÑA DE LA FÁBRICA DE HARINAS
Pedanía, aldea, paraje o pago:
Cauce del río Guadalquivir
Municipio:
Peñaflor
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 293476,331 Y: 4175777,323 Huso: 30
Altitud: 42 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Guadalquivir del Retortillo al Huesna
Nombre de la masa de agua (si procede):
No procede
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua:
Cuenca del Guadalquivir
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua:
Rocas detríticas
Rocas metamórficas
Tipo de elemento
Azuda - antiguo embalsado en el río Guadalquivir
Descripción
La ficha de este punto de interés necesariamente va a rezumar aspectos históricos de principio a fin. Ya para empezar nos encontramos con una cierta contradicción en “Aceña”: molino harinero de agua situado en el cauce de un río (de origen andalusí, del árabe assánya), con central eléctrica. Efectivamente existen datos históricos para afirmar que este fue el lugar de un antiguo molino andalusí y su azuda sobre el Guadalquivir, documentados desde el siglo XVI y siguientes hasta que en 1870-78 en que se proyecta y construye una fábrica de harinas junto al río y dicho molino se reestructura completamente construyéndose en su lugar un edificio que debía albergar un generador eléctrico que diera luz a dicha fábrica; solo que su nombre desde antiguo lo mantuvo. Se encuentra junto a dicha antigua fábrica de harinas, a muy corta distancia de ella (unos 150 m.) y de la estación de trenes ,RENFE, de Peñaflor (unos 300 m). El tránsito por un paso a nivel sin barreras y sin guarda por las vías junto a la estación, aparte la petición de permisos, el estado ruinoso de las instalaciones por esta zona lo desaconsejarían. Mas factible sería tomar la calle Concepción Ruiz (calle del Río) frente al Ayuntamiento y al llegar al parque el Río acercarnos por el espacio público con mejores vistas panorámicas incluso para comprender todo el sentido que se le pretende dar en la ficha a este punto de interés y “único” para los habitantes de Peñaflor.
Instalaciones asociadas
Otras: Caseta trasformadora y distribuidora de la energía eléctrica cercana junto a la fábrica de harinas.
Uso del agua
Otro: Energía eléctrica
Acceso y uso público actual
Acceso: Restricciones
Uso público actual: Medio
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Deficientes. La central eléctrica de La Aceña termina su actividad en 1963 como consecuencia de una gran riada en la que el Guadalquivir se sale de su presa o azuda, socava el talud de su margen izquierda y toma otro cauce, por lo que la Aceña se queda sin servicio… A partir de entonces entra en un estado de abandono, expoliación y destrucción hasta nuestros días. Es por lo que debemos referirnos necesariamente a cómo fue este edificio (dejando su azuda para la siguiente descripción hidrogeológica) en tiempos de máxima operatividad en una época dorada de la industria en Peñaflor refiriéndonos al final a su deplorable situación actual.
Construida en un edificio de un solo cuerpo con tres plantas en altura y una parte inferior o sótano sumergido por donde entra el agua, con grandes bloques de piedra hasta el piso superior o sala de turbinas construido con ladrillos y viguetas metálicas y con un tejado a cuatro aguas de cerchas de madera y tejas planas.
En la parte inferior del edificio están las 4 compuertas de madera en su lado Norte que se abrían en función de la velocidad que se le quisiera dar a las turbinas de arriba y que movían los rodeznos horizontales.
La planta baja presenta dos espacios para dos ejes o árboles. Se accedía a través de una puerta (W) frente a la cual se encontraba otra al E que daba a un muelle y este al muro de contencíón que formaba la azuda. A la derecha W otra puerta más pequeña que daba a una escalera metálica a través de la cual los operarios de La Aceña accedían a la segunda planta.
La planta primera estaba abierta por los lados N-S para el paso del agua del río en los casos de crecidas. Dividida en dos por un gran muro central que separa los espacios donde continúan los dos árboles de La Aceña.
En la segunda planta están las dos turbinas con dientes de madera y cuadro eléctrico. Desde la que se envía la corriente eléctrica a una caseta distribuidora situada en la fábrica de harinas. Desde esta se accedía a La Aceña a través de un grueso muro de contención de 4 m de ancho y unos 80 m. de largo (Ver galería de fotos).
Por la galería podemos constatar finalmente el estado deplorable actual de este edificio como el de la fábrica de harinas, todo un símbolo de las grandes edificaciones industriales andaluzas de finales del S. XIX y principios del XX.
Estado de conservación
Deficiente
Amenazas, impactos y presiones
Abandono, suciedad y vertidos.
Descripción hidrogeológica
Ya hemos indicado y, como lo demuestran las imágenes de la Galería de fotos, La Aceña se encuentra en pleno cauce del río Guadalquivir entre la mencionada pasarela de conexión con la fábrica de harinas y el muro de contención de la azuda, incluida la zona de compuertas de La Aceña tiene una longitud aproximada de unos 320 m, que junto con los 80 m de acceso desde la fábrica de harinas hasta la central eléctrica ,harían un total de 400 m de muro de contención en forma de arco con la que se obtenía la fuerza motriz hidráulica para, siguiendo los mismos principios de las antiguas aceñas harineras adaptarlos a la función de suministro eléctrico a través de un generador de corriente con el que se proporcionó, como informaremos en el apartado de la historia, en una primera etapa alumbrado y fuerza motriz para la fábrica de harinas y en una segunda etapa, también para otra fábrica de tejidos adosada a la anterior, para la mina de Peñaflor situada en línea recta a un kilómetro aprox. e incluso para alumbrado de las poblaciones de Peñaflor y de La Puebla de los Infantes, a 10 km de distancia.
Hasta que el caudal del agua del río Guadalquivir se pudo regular a través de los embalses de su cuenca, en nuestra zona, a través del Plan Bembézar de los años sesenta del anterior siglo, hay constancia de grandes riadas e inundaciones del Guadalquivir. Por referirnos a las más sonadas estando La Aceña y la fábrica de harinas en funcionamiento que dejaron no solo sin actividad a ambas sino que conllevó desperfectos y destrozos, fueron las de 1916, 1947 y la mencionada de 1963. Sería posteriormente la de 1996 la que produjo el desplome de la planta alta o sala de turbinas y generación eléctrica de La Aceña.
En este apartado debemos mencionar también que la Aceña tiene cercanas a unos 250 m y equidistantes las desembocaduras del arroyo El Conejo al N, que lo hacía antes de 1963 en la azuda y al S la del arroyo Las Moreras junto al muro ciclópeo ibero de El Higuerón, ambas por la margen derecho del río. Así mismo en dirección NE tenemos la Presa de Peñaflor, a unos 800 m para contención del agua y desvío al Canal del Bajo Guadalquivir.
Descripción arquitectónica
A lo expuesto más arriba en la valoración de instalaciones habría que añadir que la fábrica de harinas de Peñaflor tuvo dos fases constructivas, en la primera de las cuales debemos incluir La Aceña de referencia, siendo el arquitecto-constructor D. Luis Ricot ( así reza su nombre tallado en un sillar).La primera tuvo lugar entre los años 1870-78, siendo los dueños los hermanos González de la Peña; y otra posteriormente, entre 1924-26 siendo ya los dueños los hermanos Sánchez Pastor como consecuencia de un fuego devastador que tuvo la primera construcción en 1924.
La fábrica más antigua contaba con una planta rectangular dividida en tres cuerpos. La base estaba realizada con aparejo de piedra (sillares de calcarenitas) como comprobamos en las primeras plantas de La Aceña. Esta estructura funcionaba como una gran plataforma sobre la que se alzaba el resto del edificio construido con piedra y ladrillo en 5 plantas más la cubierta del edificio a dos aguas. La reconstrucción posterior seguiría los cánones de la primera etapa, salvo que ya se emplea el hormigón armado para los módulos superiores junto con el ladrillo.
El fuego de 1924 no afectó a nuestra Aceña, prácticamente se mantuvo tal cual con su planta rectangular de 13 X 15 X 7,40 m con su construcción en altura pensada para las grandes crecidas del río. Edificación que parece ser descansó siempre sobre roca pura y se construyó en piedra utilizándose bloques de sillares de calcarenitas dispuestos a soga y tizón con llagas de 0,05 m dispuestos a aguantar las fuertes embestidas del agua dada su ubicación en el cauce del río. Importante a destacar el detalle de los bordes y esquinas redondeados para aerodinamizar la fuerza de la corriente.
En su parte trasera, S del edificio, existen dos gruesos contrafuertes que refuerzan la estructura con función también de mantener el empuje del agua.
La Aceña tuvo sus modificaciones a partir de 1924 en cuanto a maquinaria se refiere por un proyecto de colaboración mina de Peñaflor y fábrica de harinas ya que se reforzó el sistema de dos árboles y 2 grandes turbinas que sorprendentemente dieron lugar a mayor generación de energía eléctrica que la que se esperaba en un principio por lo que el excedente se pudo vender para el alumbrado de las dos poblaciones vecinas, la de Peñaflor y La Puebla de los Infantes aparte el alumbrado y la motricidad de la fábrica de harinas, los telares anexos y la mina al W de la población.
Antecedentes históricos
Como decíamos al principio en la Descripción, nos veríamos abocados a ir desgranando aspectos históricos a lo largo de la ficha dado que nuestra Aceña, tiene resonancias andalusíes en origen, como molino hidráulico harinero, de ahí su nombre y el topónimo utilizado en Peñaflor desde antiguo; sabemos de ella por citas históricas desde el siglo XVI acerca de esta actividad e incluso con toda probabilidad que el antiguo molino que tuvo un recorrido por varios siglos de nuestra historia peñaflorense incluso estuviera ubicado aproximadamente en el mismo lugar teniéndose en cuenta la piedra pura sobre el que se yergue La Aceña en su amplia historia.
Tras su función como molino, vendría la de generar energía eléctrica a partir de 1878 cuando los Hnos González de la Peña proyectan la fabricación de harinas en este lugar de Peñaflor, junto a las vías férreas que se ponen en funcionamiento de Córdoba a Sevilla a mediados del siglo XIX, lo que les facilitaría el comercio de sus productos; y con aún más potencia a partir de 1924,cuando se añaden los telares y la mina, lo cual le supuso a Peñaflor en su calidad de pueblo ribereño que pudiera disfrutar, como también la vecina localidad de La Puebla de los Infantes, de energía eléctrica antes que muchos pueblos andaluces ribereños y no ribereños.
A partir de 1963 en que se produce el cese de la producción de electricidad, de harinas y tejidos de la fábrica, puesto que el río como informábamos más arriba abandonó la azuda y tomó un cauce hacia su margen izquierda, la Aceña pasa, como todo el conjunto a la fase de abandono y expolio, que si bien fue adquirido por particulares, estos fueron desmontando y vendiendo enseres y estructuras tanto metálicas, de maderas e incluso de piedras para nuevas construcciones, no tanto en La Aceña, pero en esta el río se encargó de finiquitarla con el desplome de la segunda planta o del sistema de turbinas y cuadros eléctricos en la riada de 1996.
Aspectos culturales y etnográficos
Hemos hecho referencias a la historia que encierran la Aceña y la fábrica a la que le suministraba la electricidad necesaria, también a los elementos constructivos sin poder llegar a los de fabricación de la harina y los telares pues harían interminable la ficha. Lo cierto es que estamos ante elementos emblemáticos, referentes como decíamos de la industria andaluza de finales del siglo XIX y los albores del XX. A lo que habría que añadir la tradición hidráulica harinera desde época andalusí. Todo ello genera una cultura industrial digna de que las jóvenes generaciones la conocieran, todavía, aunque con reticencias por el estado ruinoso de los elementos de referencia, para estudiarlas incluso in situ.
Llegados a este punto debemos mencionar el excelente y encomiable trabajo realizado y plasmado en el libro de investigación concienzuda, divulgativo y muy didáctico con toda clase de ilustraciones ”La Fábrica de Harinas, Electricidad y Tejidos de Peñaflor (Sevilla)”. Edit. Séneca, 2015 realizado por los profesores Dª Carmen Carmona Huelva y D. Manuel González Sánchez; libro que nos hemos visto obligados a leer detenidamente antes de la realización de esta ficha, aparte el trabajo de campo in situ acompañado por personas mayores que conocieron de primera mano la Aceña y su funcionamiento.
A criterio de muchos peñaflorenses, la fábrica de harinas y demás elementos relacionados pudieron haber tenido otro destino que no el del abandono a su suerte, máxime si tenemos en cuenta que este se produce en pleno periodo democrático en que las administraciones públicas les han venido dando diversas funciones, entre ellas las culturales y etnográficas, a edificaciones como las que tratamos.
Otra información
Nuestro agradecimiento por sus informaciones aportadas in situ a Antonio Fernández Sánchez, sobrino de los dos hermanos empleados de la Aceña en los años 50 y hasta que la actividad se paralizó en 1963 del anterior siglo, que de pequeño estaba con ellos allí “a todas horas”. Nos relató toda clase de detalles y anécdotas, como por ejemplo que para regular el funcionamiento de las turbinas uno de sus tíos, y a veces él, descendían a la planta baja, la de las compuertas, el otro desde arriba dando golpecitos en el árbol o eje correspondiente, conforme a un acuerdo preestablecido entre ellos le decía si debía cerrar compuerta o abrir más o menos.
Agradecimiento también a Alonso Franco Toribio por sus informaciones y acompañamiento, que frecuentó la actividad de la fábrica de harinas y la de la Aceña, en calidad de amigo de empleados de ellas.
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
Grupo Senderista de Peñaflor. Manantiales y Fuentes
31-03-2020
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