Localización
Nombre del manantial/fuente:
Alberca de la HUERTA DE MANUEL GUTIÉRREZ GUERRA
Pedanía, aldea, paraje o pago:
Antigua huerta de José María (periferia del casco urbano)
Municipio:
Puebla de los Infantes, La
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 289917,771 Y: 4183923,002 Huso: 30
Altitud: 226 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Guadalquivir del Retortillo al Huesna
Nombre de la masa de agua (si procede):
Gerena-Posadas (05.49)
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua:
Estribaciones de Sierra León
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Tipo de elemento
Descripción
A simple vista, la alberca de la huerta de Manuel Gutiérrez Guerra (foto 1) es la típica alberca rectangular de las tantas que podemos encontrar repartidas por el término de La Puebla de los Infantes. Sin embargo, se trata de una obra hidráulica que mantiene una peculiaridad muy poco estudiada: su conexión con el monumento de aguas por antonomasia del pueblo, el lavadero público “Las Pilas” (véase ficha CTF).
Su relevancia se la confiere, por un lado, el recorrido del aprovechamiento de las aguas sobrantes procedentes de este espacio emblemático y, por otro, el sistema tradicional empleado para ello, mediante alberca adosada en el lado opuesto a la pared de “Las Pilas” y la acequia que conducía las aguas de esta alberca a la principal.
Para acceder a este curioso entramado nos situaremos justo a la entrada del municipio, en el P.K.12 de la carretera SE-7105 (De Peñaflor a La Puebla). Habiendo sobrepasado el cortijo o hacienda de Ntra. Sra. del Carmen, veremos un terreno de labor donde se sitúa la alberca. Desde la carretera no se observa a simple vista, a menos que lo hagamos paseando por la acera de la entrada a la población (foto 2). También se puede aprovechar el paseo visitando “Las Pilas” en Avda. de Andalucía, si bien junto a ella la presencia de un inclinado callejón entre dos viviendas antiguas nos lleva directamente a una panorámica de la antigua huerta.
Instalaciones asociadas
Fuente urbana
Lavadero
Otras: Acequia
Uso del agua
Sin uso
Acceso y uso público actual
Acceso: Sin dificultad
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Deficientes. Deficientes. La alberca de la huerta se halla parcialmente oculta, cubierta de maleza, zarzales, higuerones, álamos negros… Su estado de abandono es absoluto, a merced del paso del tiempo. La pequeña alberca adosada, actualmente desaparecida, se sitúa en zona de aparcamiento privado, por lo que su acceso requiere permiso. Debido a obras públicas y otras edificaciones, la estructura de la acequia está desaparecida a excepción de algunos tramos. Al encontrarse en un solar abierto, el acceso no conlleva dificultad alguna. Por otra parte, y atendiendo a su antiguo uso de regadío, toda la sobrante de la fuente de “Las Pilas” (foto 3) era recogida y aprovechada en los lavaderos, que desaguaban en el lado opuesto al abastecimiento (foto 5) atravesando el muro limítrofe del lado N de este espacio. De ahí se vertían a la pequeña alberca adosada que había al otro lado (foto 6). Casi todo el recorrido de la acequia era a cielo abierto, con apenas un par de metros de canal soterrado (foto 7) seguido de un tramo sobre el puente del arroyo que iba directamente a la alberca principal (fotos 10 y 11).Cuando ésta se llenaba, en el tramo del puente se utilizaba un ladrillo envuelto con un trapo para desviar el agua, dejando así su cauce libre que caía al arroyo (foto 9).
Estado de conservación
Deficiente
Amenazas, impactos y presiones
Abandono, suciedad y vertidos.
Construcciones, obras públicas y/o desmontes próximos.
Descripción hidrogeológica
Esta alberca está relativamente cercana a otras de características similares pero de épocas posteriores, a pozos, manantiales, huertas y norias en desuso. Con Sierra León en su vertiente Noroeste, desde el cerro de San Cristóbal discurre el arroyo “La Medina” (así conocido durante su discurrir urbano). A su salida cruza el valle de la antigua huerta tomando el nombre de arroyo “El Infierno”, el cual desemboca en el río Retortillo, afluente del Guadalquivir por su margen derecha. Otro de los afluentes es el arroyo “El Altar” (Alfar según transmisión oral), quien también toma el nombre de “El Álamo” a partir de la “Huerta El Pesebre” (léase Nacimientos del arroyo El Altar, CTF).
Descripción arquitectónica
La alberca de la huerta es de tipología rectangular, de dimensiones 12 m de largo x 4 m de ancho x 90 cm de profundidad. El espesor de sus muros es de unos 30 cm. El suelo está fabricado en ladrillo taco o macizo y las paredes son de piedra, ladrillo, cal y arena. El rebosadero se sitúa en el lado SE y el desagüe está fabricado en hierro (foto 12).
- De la alberca adosada, lo único que queda son las marcas sobre la pared de su ubicación, marcas que la describen con tipología rectangular y dimensiones 5 m de longitud x 3 de anchura x 1,60 m de profundidad aproximada.
- De la acequia, que es lo que da relevancia a ambas albercas, los únicos tramos visibles que se conservan son el tramo soterrado de unos 2 m de longitud y el tramo a cielo abierto que atraviesa el puente hasta llegar a la alberca. La acequia es obra construida con ladrillo taco, de 80-100 m de recorrido con canal de 25 cm de ancho x 17 cm de profundidad.
Antecedentes históricos
La alberca de la huerta fue construida entre finales del s. XIX y principios del XX por Manuel Gutiérrez Guerra (1872-1960), el antiguo propietario del terreno que hoy da nombre a la construcción hidráulica.
Situada en las inmediaciones de la parte trasera de la vivienda familiar, la huerta se extendía hasta el molino de aceite de la actual familia Martínez Becerril en linde con otra huerta (la de Jesús Sánchez), también dotada de alberca, hoy inexistente. Debido al desnivel del suelo, el terreno estaba dividido en parte alta y baja, quedando ambas separadas por el cauce del arroyo de La Medina/El Infierno a su salida del casco urbano. En ella abundaban toda variedad de hortalizas y de árboles frutales. También había una pequeña porqueriza y la típica carbonera. En la parte trasera de la vivienda había un espacio abierto con dos entradas de medio arco donde se guardaban los aperos de labranza.
Tras el fallecimiento de Manuel, su hijo José María Gutiérrez Sosa, continúa las tareas compaginándolas con el trabajo en su tienda de víveres situada junto a “Las Pilas”. De hecho, hasta nuestros días nos llega la referencia de este terreno como “la huerta de José María”. Finalmente la alberca cae en desuso en la década de los 70 del pasado siglo.
La conexión que mantiene con “Las Pilas”, monumento de aguas único en la Provincia de Sevilla, deviene del aprovechamiento en la huerta de las aguas sobrantes procedentes de la fuente anexa que abastecía a los lavaderos y de la desaparecida fábrica de anís “Santa Ana” en cuyo desagüe (foto 5) aún se conservan dos compuertas que posiblemente fueron empleadas para los derrames de la destilería.
Originariamente las aguas sucias iban directamente al arroyo, siendo a raíz de la huerta cuando posiblemente se construyen la pequeña alberca adosada y la acequia.
El manantial de Banduro alimentaba la primitiva fuente de “Las Pilas”, "que era conocida a mediados del siglo XVIII como “Fuente Nueva”. En los primeros años del siglo XIX, esa fuente se remodela siendo Alcalde D. Josef García González (1801-1805) y se construyen los primitivos lavaderos” (J.J.Toribio García).
En 1923, el fundador de la destilería de aguardientes, José María Díaz García, solicita la toma de los derrames de la Fuente Nueva, de cantidad de agua suficientes para el uso de la destilación de la fábrica en la casa de su propiedad con muro divisorio a dichos derrames (Archivo Municipal de La Puebla de los Infantes, Legajo nº 6, en sesión celebrada el 21 de mayo de 1923).
Aspectos culturales y etnográficos
Cuando las mujeres iban a lavar a “Las Pilas”, las prendas más “menúas” se escapaban por el orificio de salida del agua yendo a parar directamente a la alberca adosada. Así, cuando se daban cuenta de la falta, algunas lavanderas bajaban a la huerta a recoger la prenda perdida. Sobre esto, en su libro “Arquitectura del agua, Fuentes públicas de la provincia de Sevilla”, el antropólogo Pedro A. Cantero escribe: “(…) la entrada central en escalinata permitía una visión completa del lavadero. A la altura del caño la escalera se abría en dos para dar acceso a cualquiera de las hileras. Al otro extremo un pozo, al que llamaban “el Ladrón”, conducía las aguas sucias a la huerta de José María; por él se escapaba a menudo alguna prenda y muchos juramentos… “(p.133). Aquí debemos puntualizar que el término “pozo” atribuido por el autor no era un pozo propiamente dicho sino el desagüe embovedado (véase foto histórica nº 4).
Las aguas sucias a las que se refiere el autor no tienen nada que ver con lo que hoy conocemos como aguas contaminadas, puesto que antaño el jabón que utilizaban las lavanderas se hacía con borras (sedimentos espesos del aceite también conocidos como asientos) y barrilla (planta salsolácea, cuyas cenizas contienen sosa). También usaban ceniza del brasero ó copa y el añil empleado como colorante natural para potenciar la blancura de la ropa.
Cuentan quienes así lo hicieron que siendo infantes solían jugar cruzando por debajo del “Puente de Triana” hasta llegar al arco del puente que pasaba por debajo de la carretera (foto 8), yendo a parar a la huerta de José María. Pero todo cambió cuando en este arco se colocó una verja de hierro para impedir que los niños entrasen. La suciedad que arrastraban las aguas era tal que llegó a obstruir la salida de la misma llegando a producir un reventón e inundando algunas calles. En la actualidad, el arco está actualmente tapiado, formando parte de la edificación de una de las viviendas más antiguas de la zona.
Otra información
Para la presente catalogación, la autora desea expresar su agradecimiento a María Gutiérrez Figueroa, nieta de Manuel Gutiérrez Guerra, por su aportación testimonial y a Juan José Toribio García por la información histórica sobre la Fuente Nueva y la antigua destilería.
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
A. Márquez Pascual
24-04-2019
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