Localización
Nombre del manantial/fuente:
LA CANTERA, y sus descargas de agua a pozos colidantes
Otros nombres conocidos:
Corral del Concejo
Pedanía, aldea, paraje o pago:
Terreno baldío en el centro de la localidad
Municipio:
Peñaflor
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 293322,631 Y: 4176054,552 Huso: 30
Altitud: 57 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Guadalquivir del Retortillo al Huesna
Nombre de la masa de agua (si procede):
Gerena-Posadas (05.49)
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua:
Estribaciones de Sierra Morena
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua:
Rocas detríticas
Otras rocas: Arenas, limos, arcillas, gravas y cantos
Tipo de elemento
Descripción
Se trata de un terreno despoblado y baldío de propiedad privada en el centro urbano de Peñaflor, de una superficie aproximada a 1 ha. sin funcionalidad alguna desde que se tiene noticias sobre él (investigación del arquitecto D. José Manuel Higueras Meléndez a cerca del nacimiento de la calle El Pozo a finales del siglo XVIII) circunvalado por un cuadrado de calles: De sur a norte por la mencionada calle (en la nomenclatura oficial Aviador Carmona) y calle San José; y de este a oeste, arriba la calle El Trabuco (en la nomenclatura oficial Ruiz Osuna) y abajo la Calle Largo, antigua calzada romana de Corduba a Hispalis, muy próxima ya al cauce del río Guadalquivir y considerada la más importante del casco histórico (en la nomenclatura oficial Juan Carlos I)… Todo apunta a que los pozos caudalosos de estas calles, particularmente los de la acera derecha de El Pozo y los de la izquierda de la calle Largo, por el gran desnivel existente (parte inferior e izquierda marcada en rojo en la fotografía de Google Earth de abril de 2024), han debido tener un aporte o descarga de agua de un acuífero de la zona de La Cantera o Corral del Concejo (ver las dos primeras imágenes de situación).
Continuando sin función determinada este espacio desde tiempos inmemoriales, si acaso lugar de la que se pudo extraer sillerías o piedras en el pasado, o lugar para guardar ganado de paso, con los datos que hoy manejamos podemos concluir que sí la ha tenido en lo que respecta al agua. Se trata de un terreno de rocas calcarenitas, con flujos subterráneos y descargas evidentes, todavía en la actualidad, obsérvese la cantidad de piscinas que rodean el espacio llenadas con aguas de los pozos de las casas respectivas.
Quisiéramos hacer notar ya en el primer apartado de la ficha de catalogación nuestra intención de darle a esta un tinte histórico, de los dos últimos siglos, dados los datos de los que disponemos, tanto documentales como de la memoria histórica oral de Peñaflor.
Instalaciones asociadas
Otras: Pozos asociados alrededor del terreno descrito, de los que tratamos a continuación en diferentes epígrafes.
Uso del agua
Otro: Abastecimiento antiguo
Acceso y uso público actual
Acceso: Permiso
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Inexistentes.
Estado de conservación
Aceptable
Amenazas, impactos y presiones
Abandono, suciedad y vertidos.
Descripción hidrogeológica
Hemos hecho referencia en la descripción inicial a la existencia de un terreno que se ilustra en las dos imágenes iniciales de rocas calcarenitas, rocas sedimentarias detríticas y carbonatadas formadas por la consolidación de arenas calcáreas, con gran porosidad y capacidad de almacenar agua en un suelo susceptible de impermeabilidad, que ha conllevado descargas de agua subterránea, de manera perpendicular al ángulo formado por la acera derecha de la calle El Pozo y la izquierda de la calle Largo. De ahí que los pozos se prodiguen en esta zona desde finales del siglo XVIII, en que comienza a configurarse la primera, con su característico topónimo de El Pozo por el éxito obtenido por aquellos primeros vecinos que obtuvieron agua en abundancia para su abastecimiento.
Hemos señalado como potencial origen de estas aguas, el de la lluvia, sin descartarse otras corrientes subterráneas distantes pues Peñaflor ha tenido buenas fuentes en su núcleo urbano, dado que la localidad está próxima a las estribaciones de Sierra Morena con abundancia de arroyos y demás surgencias de aguas y ubicada en laderas de promontorios, con calles de empinadas cuestas como la que tratamos de El Pozo ( ver fichas de Fuente Oñarda, La Hortichuela y la del Médico…) sin olvidarnos en este apartado del apoteosis del agua en Peñaflor, como lo es el discurrir del río Guadalquivir rozando su núcleo urbano y la calle Largo a tan solo unos 200 m de su cauce que en tiempos pasados se vio inundada por él.
La memoria oral y colectiva de Peñaflor nos ha ido legando la existencia de famosos pozos por su caudal tanto en la acera derecha de la calle El Pozo como el que abastecía toda una fábrica de gaseosas de mediados del siglo XX (ver foto) o el de la acera izquierda de la calle Largo, de gran importancia histórica, casi frente al callejón que antaño sirvió como aliviadero de los torrentes de aguas de lluvia, que encauzaba hacia el río Grande, de los que trataremos en los siguientes epígrafes.
Descripción arquitectónica
Hemos focalizado nuestro trabajo sobre los pozos del recinto descrito. Los que hemos visitado obedecen a una pauta parecida: redondos, entre 8-10 m de profundidad y 1,20 m. de diámetro con un entibado de piedras perfectamente alineadas, con mortero de arena, cal y arcilla, que han pasado por distintas fases en la extracción de su agua: soga-carrillo y cubo de zinc; en otra fase bomba extractora para los casos de utilización de mucha cantidad de agua y finalmente como elemento decorativo del patio interior de la casa porque era donde se solía construir para tenerlo cerca de la cocina, el aseo y el lavadero aunque en algunas casas se construyeron en el corral trasero, para atender animales, pequeño huerto o jardín bombeándose agua a un depósito distribuidor para las tareas domésticas.
Un caso aparte, ya descrito en los Antecedentes Históricos, es el pozo rectangular de la calle Largo excavado en la roca en lo más profundo, que no muestra mucha profundidad ( unos 8 m) y su entibado, casi todo él a base de sillería, con oquedades que pueden confirmar lo de haber sido un pozo-registro que dado su gran caudal pudo distribuir agua a otras zonas de dicha calle por medio de acueductos subterráneos o qanats. Y habérsele instalado en alguna etapa de la Historia de Peñaflor una noria de sangre para extraerse el agua. En la imagen que se acompaña referida a él aparece un muro separador que indica que en otro momento ya más reciente (siglos XIX o XX) se decidió el compartir el agua con los vecinos al sur, bien por parentesco, bien por convenio.
Antecedentes históricos
La existencia de pozos en casas y calles de finales del siglo XVIII y todo el XIX en Peñaflor obedece a varias razones. Una obvia la de no existir aún abastecimiento público, para consumo humano había que recurrir al acarreo desde las fuentes señaladas en la descripción hidrogeológica y otras. En esta etapa de la Historia, los pueblos netamente agrícolas como Peñaflor disfrutaron de un impulso de la agricultura, segregando la ganadería a zonas de dehesas, por parte de los gobiernos de Carlos III, también de la minería como fue el caso de Peñaflor, lo que se traducirá en la construcción de casas solariegas, con sus correspondientes pozos, restauraciones y construcciones de edificios públicos civiles y religiosos, estos del arte barroco. A lo que en lo que respecta al tema que tratamos debemos añadir la maestría de los mineros a la hora de construir entibados, a los que se acudió en sus días libres para ello, curiosamente salvo excepciones, casi todos los que hemos visitado por estas y otras calles de igual o parecida factura.
En este apartado de la Historia debemos referir el pozo de la acera izquierda de la calle Largo, que señalábamos como de gran importancia histórica, se trata del conocido como de la familia Fernández-Carrera. Presenta una factura especial: excavación en la roca y sillería en el comienzo de su entibado, que bien pudo tener su origen en época romana, pues se encontraría a la orilla derecha de la calzada romana de Corduba a Hispalis y pudiera haber abastecido a tropas y viandantes. Su forma rectangular nos da idea de que en algún momento de la Historia pudo tener instalada una noria, posiblemente en la etapa andalusí; y que entre otras funciones se le aplica la de haber sido un pozo-registro por su gran caudal, que pudo continuar suministrando aguas a través de galerías subterráneas al otro lado de la calle Largo: particularmente huerta y dependencias del convento franciscano de San Luis del Monte del siglo XVIII, de gran prestigio en Peñaflor. A partir de la etapa de las desamortizaciones de finales del siglo XIX en que se segregaron y pasaron a manos privadas las dependencias anexas al convento, llegó, según testimonio de personas muy mayores de la localidad, a suministrar agua a una fábrica de tratamiento del corcho en el lugar que posteriormente ha venido siendo el cine y las antiguas destilerías y huertas de los franciscanos, propiedades de la familia Bello-González. En la actualidad, desde el siglo XX, comparte su agua con la casa contigua al sur.
Aspectos culturales y etnográficos
Teniéndose en cuenta que nuestro Grupo de Manantiales y Fuentes de la Asociación de Senderistas de Peñaflor se propone durante el presente curso una investigación sobre la Historia del Abastecimiento Público de Aguas de nuestro pueblo, es obvio que el punto de partida podría ser el tema que tratamos: La necesidad de agua de las familias para consumo, higiene, etc. y en definitiva para una vida digna. Y cómo la construcción de un pozo ni siquiera estaba al alcance de cualquiera, solo de los que podían construirse su propia casa, normalmente propietarios agrícolas, industriales, comerciantes, funcionarios, etc. En cuya construcción, como decíamos, pudieron participar mineros avezados en el oficio de su entibado. En definitiva, la manera del acceso al agua ha ido marcando la evolución de las sociedades y su historia.
Como una forma de avance de la sociedad debemos destacar el hecho de compartirse la construcción y el disfrute de su agua entre dos viviendas contiguas, como el caso que hemos referido en la calle Largo.
Otra información
Quisiéramos destacar el trabajo de investigación del arquitecto peñaflorense D. José Manuel Higuera Meléndez: "La calle del Pozo a finales del siglo XVIII", calle en la que vivieron sus abuelos maternos, siendo él en la actualidad el propietario de la casa. Este trabajo nos ha facilitado el nuestro.
Nuestro agradecimiento también a las personas que nos permitieron conocer sus pozos y fotografiarlos para este trabajo, entre ellas el geólogo también peñaflorense D. Vicente Fernández Muñoz, descendiente de los dueños de la casa de la calle Largo (familia Fernández-Carrera) que nos ha facilitado también sus puntos de vista sobre el tema.
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
Grupo Manantiales y Fuentes de la Asociación Senderista de Peñaflor
17-12-2024
Advertencia
Esta ficha tiene sólo carácter informativo y preliminar.
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