Localización
Nombre del manantial/fuente:
HUERTO DEL MORO
Pedanía, aldea, paraje o pago:
Huerto del Moro y La Melera
Municipio:
Puebla de los Infantes, La
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 292032,102 Y: 4183570,223 Huso: 30
Altitud: 228 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Retortillo
Nombre de la masa de agua (si procede):
Gerena-Posadas (05.49)
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua:
Sierra León
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Tipo de elemento
Descripción
Lo que conocemos en La Puebla de los Infantes como Huerto del Moro, topónimo de resonancias andalusíes, es un espacio comprendido por tres pequeñas propiedades circunscrito en un triángulo isósceles cuyo vértice está orientado al NE y la base hacia el SO y cuyos lados iguales serían, el derecho la carretera SE-7105 de Peñaflor a La Puebla de los Infantes en el entorno del km. 10 a 10,2 aprox. y el izquierdo la vía pecuaria Cordel de Hornachuelos, conocido también por los puebleños como carril de Angorrilla, por discurrir por este otro espacio. Si nos aproximamos a él desde La Puebla de los Infantes por dicho cordel recorriendo todo el Valle del Infierno hasta su límite NE, tendríamos en la base, y desde lo más bajo a lo más alto, la propiedad de la familia Sorroche, sobre la mitad la de Genaro Martínez y próximos al vértice la de la familia Villanueva - Llamas.
¿ Por qué el Huerto del Moro es merecedor de la consideración de punto de interés en relación con el agua o paisaje de agua?, sería por dos razones: la primera, la de haberse considerado siempre como un vergel por cuyo subsuelo discurre el agua en toda época del año, que termina aflorando en rezumes formando fuentes o manantiales con más o menos generosidad de ella, la consiguiente vegetación exuberante por donde discurre el regajo del Infierno, que es donde confluyen las escorrentías, tanto del subsuelo como de la superficie cuando las condiciones son propicias procedentes de una pradera contigua, así como los huertos que se han conocido junto al regajo desde antaño. En la actualidad podemos constatar así mismo en las tres propiedades piscinas sustentadas por esta agua durante el verano así como restos de antiguas albercas o pequeñas represas donde desde antiguo se almacenó.
La segunda razón sería que al cabo de 7 u 8 meses sin haber llovido prácticamente por estos lares hasta la fecha en que elaboramos esta ficha de catalogación (mediados de noviembre) tras una larguísima canícula veraniega con sus estragos, resulta que nuestro regajo probablemente sea el único que tras el estiaje fluya con vida y agua clara en todo nuestro término municipal, salvando los limítrofes sustentados por embalses Retortillo y Guadalvacar.
Instalaciones asociadas
Fuente rural
Uso del agua
Regadío.
Rural y ganadero.
Acceso y uso público actual
Acceso: Permiso
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Deficientes. Cuando en los primeros días de noviembre hemos estado recorriendo este espacio con familiares de dos propiedades hemos constatado sobre instalaciones que se conservan restos de una antigua alberca cuya construcción denota rusticidad y simplicidad a base de antiguos ladrillos tacos y piedras del lugar en Villanueva (Galería) así como una pequeña represa para almacenamiento o embalsado construida con piedras y algún tipo de argamasa en Sorroche (Galería).En esta última propiedad como en la de Genaro M. las antiguas fuentes se han reconvertido en pozos sin pretensiones con entibados a base de ladrillo y mortero de cemento cubiertos por viguetas y bovedillas con una puerta metálica cerrada con candado a través de la cual se bombea el agua cuando es preciso. Por lo demás, el regajo discurre de manera natural como lo habrá hecho siempre a lo largo de un recorrido aproximado a los 400 m, entre zarzas, lentiscos, parrones, mastrantos, junqueras...y una hermosa chopera.
Estado de conservación
Aceptable
Amenazas, impactos y presiones
La propia de las labores agrícolas: abonados, fitosanitarios...
Descripción hidrogeológica
Las aguas de las tres propiedades del Huerto del Moro proceden sin temor a equivocarnos de la vertiente Oeste de una de las estribaciones cercanas de la Sierra León , pequeña cadena montañosa comprendida entre el arroyo Guadalvacar por la presa del embalse José Torán límite de los T.M. de La Puebla de los Infantes y Lora del Río, y el gran espacio natural de la dehesa de Almenara en Peñaflor y sus estribaciones, de gran importancia hidrogeológica a la que nos hemos referido al catalogar manantiales cercanos a los del espacio que tratamos: la muy próxima noria del huerto de Tobalo, un poco más al Este ( CTF 12406);el también próximo manantial de Angorrilla hacia el Oeste(CTF 12200);la fuente de la Huerta de la Virgen ( CTF 12285) en la limítrofe dehesa de El Collado hacia el N.; el manantial de Los Linos o Noria de Morales ( CTF 12293), un poco hacia el Sur; o el manantial de los antiguos Huertos del Retortillo ( 12377) hacia el NE. Si bien nuestro regajo del Infierno recogerá aguas primaverales procedentes de la pradera contigua del entorno de la dehesa de El Collado donde predominan junqueras, adelfas y zarzas como si de un afluente se tratara (Galería).
Aparte el Huerto del Moro y su entorno debemos referirnos también al arroyo del Infierno que discurre atravesando el Valle del mismo nombre hasta desembocar en el río Retortillo entre restos de antiguos molinos hidráulicos harineros habiendo recibido antes las aguas del arroyo El Álamo a poca distancia del casco urbano y entre Angorrila y El Collado las de nuestro regajo del mismo nombre por la derecha y la del regajo del cortijo El Monte por nacer en el manantial de esta propiedad, por la izquierda. Sobre el arroyo El Infierno que según una antigua leyenda es el primero en recibir tan extraño topónimo y, por tanto, el que se lo presta a todo lo demás, hemos de decir que desde su nacimiento al sur de la localidad hasta sobrepasarla tapado con grandes planchas de hormigón, se ha llamado arroyo de La Medina ( o "Meína" en castizo) y justo al llegar a la antigua huerta de José María recibirá tan extraño nombre. También el arroyo El Álamo, su afluente se ha llamado desde su nacimiento hasta la Huerta El Pesebre (CTF 12229) arroyo del Alfar cambiando su nombre desde aquí hasta su desembocadura frente a una antigua ladrillera.
Aun nos quedaría un cuarto topónimo del Infierno para nombrar a una antigua represa frente al cortijo de El Collado para abrevadero de ganados y para riego cuando se permitía, que se conoce como Charco del Infierno lugar de esparcimiento y baño cuando los jóvenes aprendían a nadar en arroyos y albercas.
Como epílogo diremos que si el arroyo del Infierno dispone de agua corriente todo el año, es solo a partir de la depuradora de aguas residuales que se encuentra a 1 Km del casco urbano por el Cordel de Hornachuelos.
Descripción arquitectónica
Salvo lo descrito al referirnos a las instalaciones no creemos que haya otras obras arquitectónicas de interés en el espacio que tratamos. Existen modernas piscinas sustentadas por las aguas descritas, pero no dejan de ser convencionales y todas del mismo estilo y la misma construcción.
Antecedentes históricos
Nuestro Valle del Infierno, donde se encuentra el espacio del que tratamos, tiene como antecedentes históricos importantes la cultura romana y la musulmana que dejaron su impronta prácticamente hasta nuestros días. De la cultura romana merece destacarse las villae romanas y sus actividades tanto agropecuarias (producción de aceites) como alfareras que se debieron dar en la zona de Angorrilla y Cortijo de Caballo, a tenor de utensilios encontrados, restos de acueductos, etc...Alfarerías, tejares y ladrilleras han sido actividades de La Puebla de los Infantes hasta la segunda mitad del siglo XX.
De la cultura musulmana debemos destacar la continuación de la producción del aceite por esta zona y la extracción y administración del agua con fines horticultores: manantiales, norias, acequias, albercas, tradición hortofrutícola...que en este valle aún se conservan, como el mismo topónimo del espacio que tratamos cuyo origen se desconoce.
A partir del siglo XVI parece ser que tiene lugar la molienda en algunos de nuestros arroyos con energía hidráulica, sobre todo en el de la Aliseda y en el Retortillo. Sería entonces cuando se emprende el camino público de los Molineros que aun se conserva entre la carretera SE-7105 y el Cordel de Hornachuelos, ya mencionados, que deberían seguir las arrias cargadas de granos para la molienda a través del Valle y la actual dehesa de El Collado, actividad que se prolongaría hasta los años sesenta del anterior siglo XX.
Aspectos culturales y etnográficos
El camino de los Molineros sería el que en los años cincuenta del anterior siglo tomaban los romeros puebleños que cada 8 de septiembre iban a venerar a la Virgen de los Remedios que se encontraba en una ermita del cortijo de El Collado, cuyos dueños abrían sus puertas al pueblo para que participaran en una misa por la mañana se refrescaran y tomaran agua de su fuente y toda clase de frutas de su huerta, tras lo que proseguían su camino hasta la desembocadura del arroyo del Infierno en el Retortillo, donde disfrutaban de un hermoso bosque de ribera en el que predominaban los fresnos, lugar en el que se solazaban y celebraban la romería en confraternidad.
Otra información
Hemos hecho mención a una antigua leyenda de nuestro pueblo de la que nace el topónimo "Infierno" de tanto renombre. De manera breve diremos que hay indicios de que tras la conquista de estos territorios por las tropas de Alfonso X parece ser que se aposentaron por lo que es hoy la iglesia parroquial, en un pequeño convento unos frailes trinitarios que, entre otras ocupaciones se dedicaban a la alquimia y la fabricación de medicinas. Por las noches vertían los residuos de esta actividad al arroyo junto a la Huerta de José María. Las personas que merodeaban por esa zona observaban que los perros que bebían en los pequeños charcos enfermaban y morían, de modo que advertían a los niños que se acercaban a juguetear y refrescarse por allí, que no lo hicieran porque aquel agua parecía agua del infierno...
Nuestro agradecimiento a Eusebio Sorroche y Carlos Montero Villanueva que me acompañaron y me informaron con amabilidad a lo largo del Huerto del Moro para todo lo que les requerí.
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
R. Velasco Riejos
16-11-2019
Advertencia
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